Significativos fueron los cambios sufridos por el territorio venezolano durante el siglo XIX, en lo que a su división político-territorial se refiere, destacando la creación de la República de Colombia con arreglo a la Ley Fundamental, dictada por el Congreso de Angostura el 17 de diciembre de 1819. Aquella reunió a las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada en una sola, repartidas en tres grandes departamentos: Venezuela, Quito y Cundinamarca con Caracas, Quito y Bogotá como capitales. Más tarde, la Constitución de 1821 dictada en ejecución de lo acordado en Angostura, estableció que el territorio de Colombia era el mismo que comprendía el antiguo Virreinato de la Nueva Granada y de la Capitanía General de Venezuela, dividiéndola en departamentos, provincias, cantones y parroquias.

La Ley de División Territorial del 25 de junio de 1824, termina configurando de manera definitiva a la nueva república, organizada en doce departamentos, a saber: Orinoco, capital Cumaná; Venezuela, capital Caracas; Apure, capital Barinas; Zulia, capital Maracaibo; Boyacá, capital Tunja; Cundinamarca, capital Bogotá; Magdalena, capital Cartagena; Cauca, capital Popayán; Istmo, capital Panamá; Ecuador, capital Quito; Asuay, capital Cuenca y Guayaquil, capital Guayaquil. Este instrumento legal, además, designó las provincias y cantones que quedarían comprendidas dentro de cada departamento. Sin embargo, es el departamento de Venezuela el que merece nuestra particular atención, pues quedaría conformado por las provincias de Caracas y Carabobo. Los cantones de la provincia de Caracas y sus “cabeceras” eran Caracas, La Guaira, Caucagua, Río Chico, Sabana de Ocumare, La Victoria, Maracay, Cura, San Sebastián, Santa María de Ipire, Chaguaramas y Calabozo; mientras que los cantones de la provincia de Carabobo comprendían Valencia como capital, Puerto Cabello, Nirgua, San Carlos, San Felipe, Barquisimeto, Carora, El Tocuyo y  Quíbor.

Debieron los legisladores, por otra parte, resolver los problemas prácticos que representaba establecer los límites entre las dos provincias, de allí que el artículo 18 de la Ley de División Territorial señalara:  «La provincia de Caracas se dividirá de la de Carabobo por una línea, que comenzando por los términos orientales de la parroquia de Cuyagua, línea recta desde la ribera del mar al punto de la Cabrera, corte la laguna de Tacarigua o de Valencia, y continue por el pueblo de Magdaleno, al occidente de la villa de Cura y Calabozo, hasta el Apure…». En cuanto a la nueva Provincia de Carabobo, el artículo 19 explica «que ocupa la parte occidental del territorio, cortado por la expresada línea divisoria, conservará, los términos que actualmente tiene respecto de las otras provincias limítrofes, exceptuándose los cantones de Guanare, de Ospino y Araure, que se agregan a la provincia de Barinas, sirviendo de límite el paso del río de Cojedes por Caramacate a la nueva provincia de Carabobo».

Surge, entonces, la Provincia de Carabobo –territorio hasta ese momento comprendido dentro de la de Caracas– como una unidad político-territorial de gran extensión, ya que su superficie abarcaba lo que hoy ocupan los Estados Carabobo, Lara, Yaracuy y Cojedes. Sin embargo, el surgimiento de nuevos pueblos, el crecimiento poblacional y modificaciones o desarrollos legales le restarán territorios, lo que sucede, por ejemplo, por Decreto del Congreso Nacional del 29 de marzo de 1832, cuando creándose la Provincia de Barquisimeto (Lara), se separan de Carabobo, los cantones San Felipe, Barquisimeto, Quíbor, El Tocuyo y Carora. Este proceso de reducción territorial avanza con la creación de las Provincias de Yaracuy y Cojedes, en marzo y mayo de 1855, respectivamente. De manera tal que hacia 1856, Carabobo contaba con un territorio de menor extensión conformado por los cantones Valencia, Puerto Cabello, Montalbán y Ocumare. Con la Constitución de 1864, la denominación de provincia cambia por la de estado.

Celebramos, ahora, el bicentenario de creación de la Provincia de Carabobo y se hace necesario su estudio pormenorizado, pues es poco lo que conocemos acerca de su génesis y desarrollo. El hecho supuso el nombramiento del primer gobernador, don Fernando de Peñalver, y de los legisladores de la Diputación Provincial, la organización de los cantones y sus municipalidades para lidiar con los distintos ramos de la administración de aquel en principio extenso territorio, proceso que abarcará cuatro décadas hasta convertirse, finalmente, en el estado Carabobo.

Por tal motivo, la Academia de Historia regional ha decidido celebrar este magno acontecimiento, que marca en la práctica el nacimiento de nuestro estado como entidad regional, designando una Comisión presidida por el académico Evencio Díaz, cronista oficial de San Joaquín, a fin organizar una serie de actividades con miras a divulgar su significación y reafirmar el gentilicio carabobeño, actividades dentro de las que se encuentran la revisión de la documentación que forma parte del Archivo María Clemencia Camarán, bajo custodia de la Fundación “Lisandro Alvarado” y la búsqueda de otras fuentes documentales, la reedición revisada y comentada de la Historia del Estado Carabobo, de don Torcuato Manzo Núñez, la organización de las Jornadas de Historia Regional dedicadas al bicentenario que celebramos y, finalmente, ensayos charlas y conferencias que permitan ilustrar al público en general, pero sobre todo a los jóvenes, acerca de la importancia del tema.

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@PepeSabatino

 

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