«Respecto de la historia de nuestro tradicional plato navideño»

Opinión.- Respecto de la historia de nuestro tradicional plato navideño: la hayaca, se han dicho y repetido gran cantidad de disparates y falsedades, pese a que tenemos registros históricos certeros de cómo son las cosas.

LA PRIMERA HAYACA: LA ARAWACA

La hayaca existía, con ese nombre entre los nativos arawacos, desde antes de que llegaran los hispanos. Muy temprano en la conquista aparece en los documentos oficiales la palabra “hayaca”. Este primer registro lo encontramos en el año de 1538, en el expediente que se le sigue al alcalde de Maracaibo, Luis González de Leyva, en el “juicio de residencia” por sus excesos y arbitrariedades cometidos en su gestión. A dicho funcionario se le acusa de:

“atar a un palo al soldado Francisco de San Martín y le mandó a colgar del pescuezo dos hayacas de maíz…que le cogió a unos indios para comer”

Esto nos indica que en aquellos primeros años de la conquista ya los hispanos estaban comiendo hayacas, y el soldado San Martín fue castigado por haberlas robado a unos indios.

Pocos años después, en 1545, un viajero italiano llamado Galleoto Cei, visita Venezuela y lleva un libro donde anota todo lo que ve: paisajes, animales, gentes y costumbres. Hace una descripción de la forma en que los nativos arawacos comen el maíz y nos habla de la “areppa” y la “aiacca”. Cei escribe un libro titulado “Viaje y descripción de las indias” donde nos cuenta:

“al maíz lo ponen en remojo de un día para otro y lo muelen en ciertas piedras… hasta que lo hace masa, después hacen unas panelitas como pastillas de jabón y las envuelven en hojas … poniéndolas a cocer en una vasija grande de tierra, … dándole a cada indio una o dos …y a esta clase de pan llaman aiaccas”.

Estas hayacas o “aiaccas” de los primitivos arawacos eran muy semejantes a otros pasteles de distintos pueblos nativos de toda América, que tienen distintos nombres: tamal, humita, pupusa, ticuco, pisque, etc. Estas hayacas estarían seguramente aliñadas con los ingredientes nativos: ají, onoto, auyama, etc. tal y como lo cuentan los cronistas de otros pueblos nativos de América. Es muy posible que llevaran las carnes que consumían los nativos: cachicamo, culebra, rabipelado, chigüire, mono, venado, etc. Es lo que llamaremos “las primeras hayacas”.

LA SEGUNDA HAYACA: LA CRIOLLA.

Pero en 1498, a partir del tercer viaje de Colón empiezan a llegar a América las mujeres hispanas. Son ellas las que van a llevar el mando del hogar de los conquistadores, son ellas las que administran la economía doméstica, las que dirigen a los sirvientes y esclavos y son ellas las encargadas de la cocina. Son ellas las que deciden qué y cómo se va a comer. También empiezan a llegar los animales de cría: vacas, cerdos y gallinas. En 1517 os españoles también traen el plátano, que no existía en América y rápidamente se reproduce en buena parte del continente. Y en las bodegas de las carabelas y naos, después de cuarenta días de travesía vienen en conserva los víveres muy apetecidos por los hispanos: aceitunas en aceite, alcaparras en salmuera, uvas pasas y encurtidos en vinagre. También traen la cebolla, ajoporro, el garbanzo y el vino. Es así que se produce el proceso de un mestizaje gastronómico y cultural: Las señoras que han aceptado el maíz, pero que culturalmente no pueden tolerar la carne de culebra, mono o rabipelado, fusionan sus conservas europeas con las carnes de vaca, pollo y cerdo que vienen del viejo continente, con el maíz y las envuelven en la hoja del recién llegado plátano, también traída por los conquistadores. Así nace lo que llamaremos “la segunda hayaca”. Mantiene el maíz y el onoto nativos, pero por fuera y por dentro tiene los elementos nuevos traídos en los barcos. Esa es nuestra hayaca. Un producto mestizo nacido de la mezcla de dos culturas y de la mano de aquellas valientes matronas que atravesaron el Atlántico en búsqueda de una mejor vida.

(Por: Luis Heraclio Medina Canelón – M.C. de la Academia de Historia del Estado Carabobo)

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