El Dr. Elías Pino Iturrieta es un reconocido historiador venezolano, Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia, de la cual también fue su director; ha dirigido el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello y entre sus obras se encuentran las siguientes: La mentalidad venezolana de la Emancipación, Contra lujuria castidad, Ventaneras y castas, Diabólicas y honestas, La mirada del otro, Viajeros extranjeros en la Venezuela del siglo XIX, Fueros, civilización y ciudadanía, Venezuela metida en cintura, País archipiélago, El Divino Bolívar, Nada sino un hombre e Ideas y Mentalidades de Venezuela.

Luego de un receso, el año pasado presentó al público el libro titulado La Cosiata. Páez, Bolívar y los venezolanos contra Colombia” impreso por la Editorial Alfa en Barcelona, España, el cual resultó un verdadero hecho curioso el que colocase en el tapete de las discusión histórica semejante tema que hasta la fecha había sido muy mal manejado por dos aspectos: En primer lugar, porque a través de todos estos años se había realizado un análisis muy superficial de ese hecho tan importante de la segunda década del siglo XIX en nuestros país; y en segundo lugar, porque el tema cayó en manos de la politiquería del siglo XXI y allí la ciudad de Valencia fue a parar en una especie de juicio de inquisición a la que se le tildó como “ciudad de traidores”.

Con base en todos esos antecedentes, el Dr. Pino Iturrieta decide abrir las arcas de la documentación histórica y emprende un análisis detallado de lo que estaba sucediendo en el país desde que Bolívar sale de Venezuela en 1821 rumbo a Bogotá, para luego continuar su gesta por el resto de Suramérica hasta que en el año de 1830 entra de protagonista el famoso Congreso de Valencia.

Para entrar en materia y a manera de introducción, vamos a recordar que Bolívar cuando parte para Bogotá, le manifiesta a Fernando Peñalver en una carta que en Venezuela ya no queda casi gente buena y que sus habitantes todavía no saben lo importante que es el triunfo que se ha logrado.

Sin embargo, el Dr. Elías Pino nos demuestra que esa percepción no era correcta porque aunque se vendió la idea de que en nuestro país había una orfandad de proyectos y de pensamiento; lo que en realidad estaba sucediendo era el inicio de un proceso verdaderamente inédito, donde las personas comenzaban a analizar la situación local y regional y de allí surge algo que yo le llamo “La sociedad del debate de las ideas”, la cual da inicio a un movimiento crítico que lleva a Venezuela a un progreso material, intelectual y republicano, en donde toda esa discusión queda plasmada tanto en reuniones privadas como en la prensa, donde existía libertad absoluta para exponer los planteamientos políticos, civiles y sociales.

Adicionalmente, señala que paralelo a ese gran movimiento existía una maquinaria propagandística ejecutada por el periódico Correo del Orinoco cuyos objetivos eran tratar de convencer a la gente para consolidar el proyecto de la República de Colombia y donde se pretendió mitificar la figura de Bolívar, para lo cual contó con el apoyo de excelentes escritores.

En la investigación el Dr. Pino manifiesta que entre ese gran flujo de escritos publicados en la prensa, aparece un trabajo del Dr. Francisco Javier Yanes (miembro de la Sociedad Patriótica y firmante del Acta de Independencia en 1811), que se titula «Manual político venezolano y apuntamientos sobre la legislación colombiana», donde hace serios cuestionamientos a la Constitución de Cúcuta y de ellos se hacen eco la Alta Corte de Justicia de Caracas y el Concejo Municipal de Caracas, quienes firman dicha constitución (bajo protesta) pues manifiestan que no fueron consultados en su elaboración.

Por otra parte, la prensa también dedicó páginas de artículos atacando a las figuras de Páez, Mariño y Bermúdez por actos de corrupción y excesivo militarismo.

El Dr. Pino relata que para el año 1825 se publica un trabajo anónimo (que algunos atribuyen a Tomás Lander) titulado Manual del colombiano o explicación de la ley donde deja expuesto que la legislación colombiana esta retrasada y que sigue fundamentada en muchos conceptos de la Española y que contrario a ello, hay que generar un país con ciudadanos útiles donde el trabajo y la riqueza se señalan como aspectos fundamentales para el desarrollo de una nación. Y para agregarle a este asunto el tema religioso, el Dr. Pino expresa que en el año de 1826 el Dr. José María Vargas publica un artículo en contra del folleto colombiano titulado La serpiente de Moisés de Francisco Margallo en el cual se manifiestan ideas retrógradas y extremistas de la religión católica, donde se sataniza la libertad de culto y a las que Vargas refuta no solo desde una visión católica respaldada por fragmentos de la Biblia, sino que también advierte que dicho folleto viola lo establecido en la Constitución, donde queda muy claro el tema del respeto a la tolerancia y la libertad de culto.

Este artículo de Vargas lo pone en la mira de ese movimiento al que llamamos “Sociedad del debate de las ideas” y entonces podemos observar que este se complementa al ingresar el tema religioso en la discusión de la sociedad civil y la intelectualidad.

A todas estas el Dr. Pino también recuerda que en Colombia ocurren dos hechos fundamentales por esos años, que son el fusilamiento del coronel Leonardo Infante ordenado por el general Santander, pasando por encima de la Alta Corte de Justicia de Bogotá cuya sentencia no fue firmada por el Dr. Miguel Peña (de la cual era su presidente) y que luego de ello Peña tuvo que regresar a Venezuela porque se vio amenazado por los atropellos de Santander.

Al llegar a Venezuela, el Dr. Pino refiere que en el periódico El Argos se publica un artículo titulado “Adquisición” en el que afirma: “Se vino el Dr. Peña que es un hombre sabio y que nos va a ayudar a salir del horror colombiano” y efectivamente Peña tiene un papel muy importante en la etapa final de ese proceso socio político que se viene conformando en Venezuela entre 1821 y 1830.

En el punto del asunto de los atropellos que se generaron por la recluta ordenada por el general Páez bajo instrucciones del general Santander; el Dr. Pino deja en claro que el hecho en sí es un factor muy simplista para tratar de seguir sosteniendo que La Cosiata fue la consecuencia de esa recluta y por otro lado deja expuesto el gran detalle de la apatía total de los venezolanos para ir a conformar un ejército para salir a luchar al Perú, porque en el sentimiento del pueblo lo que existía era una identidad por su territorio y no por la gente y regiones que no conocía y que no tenía ninguna relación con ellos y por supuesto el punto de que siendo los venezolanos los que pusieron a más de 200.000 muertos en esa guerra, no podía ser posible que con la llamada “República de Colombia” los habitantes de la antigua Capitanía General de Venezuela tengan que pedir permiso y solventar sus asuntos legales en Bogotá.

En conclusión, el trabajo del Dr. Elías Pino Iturrieta sobre La Cosiata me parece un aporte trascendental para la historia de Venezuela donde se derriban falsos mitos y donde pone en relieve el verdadero valor intelectual de la sociedad venezolana de la época. Por lo que a nuestros amigos lectores, los invitamos a leer este libro, el cual seguro estamos que lo van a disfrutar.

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