Nació en la ciudad de Calabozo, capital del municipio Miranda del estado Guárico, él 14 de marzo de 1869.

Realizó sus estudios elementales y secundarios en el lar nativo; aún adolescente preparaba versos inspirados en el esplendoroso paisaje llanero y en el actuar de sus habitantes.

Completó los estudios secundarios en el Colegio Federal de Primera Categoría de Calabozo, fundado por el general Páez el 13-VI-1839.

Para ayudarse económicamente, daba clases de alemán en el mencionado instituto.

Se movilizaba hacia Caracas únicamente para presentar los exámenes de Medicina en la Universidad Central de Venezuela; obtenía altas calificaciones y el mejor concepto por parte de los docentes.

Recibió el Título de Médico el 2 de agosto de 1890, contaba veinte años de edad.

Ejerció como Médico Internista en el Hospital Vargas

Apegado al sistema de vida del inmenso llano regresó al pueblo natal, dedicado a ejercer la profesión, la cual convirtió en un verdadero apostolado en beneficio de los más necesitados, sin cobrarles la consulta les regalaba las medicinas

Ejerció en San Fernando de Apure, Puerto Nutrias, Zaraza, Valle de la Pascua y otras pequeñas poblaciones del extenso llano, dedicado con abnegación al tratamiento de las epidemias que azotaban la región.

Se involucró en la política apoyando a Joaquín Crespo y su Revolución Legalista contra el Presidente Raimundo Andueza Palacio en 1892.

En 1892, era articulista en el periódico político «El Legalista» editado en San Fernando de Apure, igualmente para el conocido periódico caraqueño «El Cojo Ilustrado».

Permaneció en Puerto Nutrias entre 1893 y 1897; allí se ayudaba con una pequeña pulpería o bodega.

A los interesados en estudiar medicina les decía:

*“No cuentes con que este oficio tan penoso te hará rico”*

Casó en Calabozo el 6 de enero de 1897, con Panchita Rodríguez, procrearon cuatro hijos; ese año Inició la preparación de su magistral obra:

*La Silva Criolla a un bardo amigo* culminada en 1901.

Designado vicerrector en Calabozo del Colegio Federal de Primera Categoría.

Apoyó en septiembre de 1897, la candidatura del general merideño Ignacio Andrade con el aval de Joaquín Crespo; a tal fin escribía en el periódico «El Voto Directo».

Ante el avance exitoso de Cipriano Castro desde Táchira con su «Revolución Restauradora», Andrade abandonó el poder el 19 de noviembre de 1899.

Incorporado como combatiente desde ese año, Lazo Martí luchó al lado de los integrantes de la «Revolución Libertadora», cuyo jefe era el banquero Antonio Matos contra Cipriano Castro, en la población de La Victoria desde el 12 de octubre hasta el 2 de noviembre de 1902; la accion bélica de mayor duracion, donde participaron más de veinte mil combatientes; con resultado favorable a Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez.

Lazo Martí con suerte pudo escapar hacia Valle de la Pascua.

Doña Panchita falleció a causa de tuberculosis el 6 de agosto de 1903.

Nuestro biografiado sufrió depresión por esta irreparable pérdida, dedicándose a escribir versos.

En Puerto Nutrias conoció a Venturia Velasco Campins, con quien contrajo matrimonio el 17 de agosto de 1905, procrearon tres hijos.

Regresó a Calabozo en 1908 por poco tiempo, al ser trasladado a Caracas debido a una parálisis que le afectó seriamente el desempeño de sus actividades profesionales y literarias.

Sufría de insomnio, mostrando en sus obras la noche que lo inspiraba.

Por recomendación facultativa convaleció en el Hospital San José en Maiquetía; allí lo visitaba frecuentemente el destacado doctor Lisandro Alvarado, con quien mantenía una vieja y fraterna amistad.

El Dr. Francisco Lazo Martí, “el más famoso del Nativismo Nacional”, falleció de Apoplejía Cerebral, (A.C.V), el 9 de agosto de 1909, contaba apenas cuarenta años.

Sus restos fueron enterrados en 1913, en la Catedral de Calabozo hasta el 27 de octubre de 1983, cuando por disposición del Ejecutivo Nacional fueron trasladados al Panteón Nacional.

El legado de lazo Martí es extenso, pudiendo mencionar poemas como: “crepusculares”, “Invierno”, “Veguera”, “Flor de Pascua” y “Consuelo” entre otros.

El conocido escritor italiano Edoardo Crema, lo dio a conocer con sus escritos en 1942.

«La Silva Criolla», su brillante obra iniciada con 290 versos los culminó con 368 versos ordenados en forma armónica en once cantos, era su amplia visión del querido paisaje llanero, la flora y fauna, lluvia y verano.

Invitaba volver al llano para contemplar sus atardeceres. Dibujaba metafóricamente la vivencia de su medio ambiente.

Juan Vicente Romero García con «Peonia» y Rómulo Gallegos con «Doña Bárbara», son también preclaros representantes del nativismo criollo.

Diversas instituciones educativas y culturales honran la memoria del doctor Francisco Lazo Martí.

Como médico benefactor recordamos sus palabras:

*»No coloco en mis bolsillos las lágrimas de los pobres”*

Eumenes Fuguet Borregales.

eumenes7@gmail.com

 

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