Perteneciente a una familia de comerciantes, intelectuales y artistas (entre quienes se cuentan el escritor y filósofo Carlos Brandt y el renombrado pintor Federico Brandt), Augusto Félix Brandt Tortolero nace en Puerto Cabello el 10 de diciembre de 1892. Inicia sus estudios musicales bajo la tutela de Anita Jahn de Wittstein, de quien recibe clases de piano y violín, demostrando desde muy temprana edad una inusual disposición por el arte musical. A los diez años de edad ya había compuesto algunas piezas de corte religioso y valses, entre los que se recuerdan «Auroras de Paz», «Asteria» y «Jesús aplaca la tormenta». Los logros de Augusto y su talento pronto llaman la atención del círculo musical caraqueño, al punto que las páginas de El Cojo Ilustrado señalan la conveniencia de que el pequeño recibiera la ayuda del gobierno para proseguir su educación, propuesta ésta de la que pronto se hacen eco los principales diarios capitalinos.

Hacia 1906 se traslada a Caracas, en donde continúa su formación bajo la protección del señor Luis de Lorena y Ferreira, a la sazón ministro del Brasil, y la guía musical de don Andrés Antón, de quienes recibe el decidido apoyo musical y material para la consolidación de su vocación musical. Comienza a hacer sus apariciones públicas, asiste a los salones más distinguidos de la ciudad, participando en numerosas veladas artísticas en las que muestra sus facetas de instrumentista y compositor. La campaña en favor de la ayuda gubernamental necesaria para completar los estudios de Augusto en Europa rendirá sus frutos a principios de 1910, cuando la Cámara del Senado de la República de Venezuela le acuerda una pensión para trasladarse al viejo continente y perfeccionarse en el aprendizaje del violín y composición musical. Antes de partir Augusto ofrece un recordado concierto de despedida, la noche del 11 de julio de 1910, que tendrá lugar en el Teatro Municipal de Puerto Cabello.

Luego de una exigente selección en la que participaron cincuenta y dos aspirantes de otras latitudes, el joven porteño es admitido en el Real Conservatorio de Bruselas, ingresando a la clase de violín del reputado profesor César Thomson. En Caracas la noticia fue recibida con alegría, y no faltarán las muestras de reconocimiento hacia el profesor Antón, quien con tanto esmero se había encargado de la instrucción musical del aventajado estudiante. Los avances del joven violinista en el conservatorio, así como las calificaciones obtenidas hacen que Thomson sugiera al gobierno venezolano la necesidad de que la pensión le fuera extendida por un año, ya que los triunfos del joven Brandt hacían esperar “un brillante resultado en su carrera musical”. Thomson no se equivocaría pues al año siguiente (1913) su discípulo gana el “1er. Prix de Violon avec distinction”, otorgado por el Conservatorio de Bruselas.

Concluidos sus estudios en Europa marcha a Nueva York, ciudad en la que desarrolla una intensa actividad como violinista de pequeños conjuntos orquestales, también como pianista. Con el correr de los años se hace un nombre y forma parte como violinista de la Famed Mark Strand Orchestra, la orquesta del Rialto y la Bamberger Little Symphony, una de las orquestas de la poderosa estación radial WOR. La vinculación de Brandt con la WOR se extenderá por espacio de casi una década, ofreciendo innumerables conciertos de música clásica y popular con una de las orquestas de planta de la estación radial, de la cual era su director titular. Muchos de sus himnos, valses y canciones —publicadas por editoras como A.B.C. Music Publishing Co., William Voit y Alfred Music Co., y grabadas por las casas disqueras Columbia y RCA Victor— serán frecuentemente ejecutadas en esos programas radiales.

Regresa a Venezuela en 1935, tras dos décadas y media de ausencia, desarrollando su actividad principalmente en el medio radiofónico, pues a la par de sus tareas como Inspector Nacional de Bandas y Presidente de la Unión Musical Venezolana, se desempeña como Director de la Orquesta Ford y de la Radio Caracas, siendo más tarde contratado como Director Artístico de la Voz de la Philco, y luego de la Orquesta de Conciertos de Radio Continente.

Augusto Brandt, quien muere en Caracas el año 1942, no cultivó las grandes formas musicales, sin embargo fue autor de la música de inspiradas canciones entre las que destacan «Besos en mis sueños» y «Tu partida».

 

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@PepeSabatino

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