Sin conocerse con exactitud la fecha de su fundación, según las normas y protocolo establecidos por la corona española, el nombre Puerto Cabello aparece documentado por primera vez en un plano de la provincia de Caracas elaborado en diciembre de 1578, por el gobernador Juan de Pimentel. La denominación se debe presuntamente, a que, en sus alrededores vivía un encomendero y aventurero de apellido Cabello, quien estableció su área de actividades en la zona, dando origen a una pequeña población que con el tiempo tomó su nombre; otra versión indica que el nombre de Puerto Cabello, se debe a la tranquilidad de sus aguas marinas, donde se podían amarrar barcos de gran calado con la hebra de un cabello.
A este puerto llega el 12 de abril de 1810 en el navío “Palomo”, la información de los graves acontecimientos políticos acaecidos en España a causa de la invasión francesa, noticia llegada a Caracas el día 17, que promovió el acontecimiento del 19 de abril y sus consecuencias ya conocidas, cuyo eco llegó a oído de los porteños el 21 de abril. El soberano Congreso reunido en Caracas, declara de hecho y derecho el 5 de julio de 1811, la independencia. Un mes después, el cinco de agosto, el Supremo Poder Ejecutivo de la naciente República, presidido en turno por el español Baltasar Padrón, le otorga a Puerto Cabello de manera oficial el “Título de Ciudad”, privilegio con la denominación de San Juan Bautista de Puerto Cabello, desligándolo del cordón umbilical que lo ataba a Valencia. A partir de esa fecha tuvo su Cabildo y un diputado al Congreso, en la persona de Domingo Taborda, incorporado el 21 de marzo de 1812.
Con el propósito de proteger a la población de los ataques de piratas y corsarios, así como darle protección al comercio, especialmente al ejercido por la Real Compañía Guipuzcoana, empresa monopolizadora constituida el 25 de septiembre de 1728. El 4 de septiembre de 1730, arriban a Puerto Cabello los tres primeros navíos de carga; es importante acotar que el promotor en utilizar a Puerto Cabello como destino de la Guipuzcoana es Pedro José Olavarriaga; el movimiento económico facilitó la llegada de ingenieros y mano de obra, encargados de trazar las primeras calles y construir acueductos, todos bajo la dirección del ingeniero Courten. En 1743, una escuadra inglesa al mando del almirante Charles Knowles atacó al castillo de San Felipe. Por esta razón el gobernador y capitán general de Venezuela, José Solano y Bote, fundador de Chacao, ordenó en 1766 la construcción del Fortín o Mirador de Solano, en la antigua colina Cresta del Vigía. Considerando la facilidad para atender el movimiento naviero de la exportación de productos tales como: cacao, café, algodón y el añil a puertos europeos y en la búsqueda de mejores condiciones de vida, los vecinos organizados se dirigieron a la Corona Española en 1783, solicitando la titularidad de ciudad. De los pioneros de esta feliz idea mencionamos entre otros a: Esteban Olavarría, Francisco Montero, Gabriel Salóm, Diego Ponce y Pedro del Castillo.
Se dio un gran paso, pero sólo lograron el título de diputación en 1787, dependiente del ayuntamiento de Valencia, cuyas funciones del gobierno local eran ejercidas por un funcionario conocido como Teniente de Justicia Mayor. La buena nueva la lleva desde Caracas el jurista valenciano Miguel José Sanz, denominado por François Depons, «El Licurgo de Venezuela«; Sanz sugiere la elaboración del Escudo y Blasón como símbolo de “Lealtad y Patriotismo”. El 8 de noviembre de 1823, con “La Toma de Puerto Cabello» y la salida de las fuerzas realistas el 16 de noviembre, se sella definitivamente la independencia de Venezuela.
De esta manera Puerto Cabello, principal puerto del país se presentaba ante la historia, sin prisa, pero sin pausa, testigo mudo de tantos hechos, hazañas y personajes que escribieron páginas gloriosas de la porteñidad con la tinta del sacrificio y del honor. Bien denominado y cantado por Ítalo Pizzolante Balbi; “Puerto azul de leyenda”.