“La desidia está de moda; está de moda la vida rota, deshilachada, así como los personajes sin mensaje interior”. Enrique Rojas

Nuevamente llegó la temporada de lluvias a Venezuela, lo cual es una  buena noticia para los cerros y montañas de Carabobo que han sufrido mucho por los daños ocasionados por los grandes incendios forestales que hemos padecido en el presente año.

Sin embargo, para los museos y monumentos históricos de la región no son buenas noticias, sobre todo para aquéllos que se encuentran en una condición delicada.

Tal es el caso del inmueble conocido como Casa de los Hernández Monagas, donde actualmente funciona la Escuela de Teatro Ramón Zapatala cual se encuentra registrada en el Catálogo del Instituto de Patrimonio Cultural de la Nación y que es Monumento Histórico de la Nación bajo el Decreto Número 28.704 de fecha 16 de agosto de 1968. Una propiedad del Gobierno de Carabobo que está bajo la responsabilidad directa de la Secretaría de Educación.

Su importancia no sólo es por su antigüedad (que data del siglo XVIII) y patrimonio arquitectónico; sino porque también fue la casa de habitación de la familia Hernández de Monagas, la cual tuvo dos sacerdotes: Carlos y Juan Antonio Hernández de Monagas. Este último llegó a gobernar la Iglesia Venezolana en 1852 como provisor vicario gobernador del Arzobispado y fue quien financió la construcción del Convento de las Carmelitas Descalzas de Valencia hoy (Capitolio de Valencia).

Tan cierto es lo que decimos, que la Diputación Provincial de Carabobo en la Ordenanza del 6 de diciembre de 1847 autorizó que el presbítero Hernández de Monagas al morir fuese enterrado en la Capilla del Convento, que está ubicada donde actualmente está el cuadro de Bolívar a caballo de Arturo Michelena en el Capitolio de Valencia.

Dicha autorización se concedió por ser el presbítero Hernández de Monagas, quien no sólo financió la construcción del Convento sino que también lo mantuvo. Luego, cuando el presbítero Hernández de Mongas fue enterrado allí, al tiempo sus restos fueron trasladados a la Catedral de Valencia donde actualmente reposan.

Lo más lamentable de todo esto es que durante el primer período del gobernador Lacava, lo único que se le hizo a este monumento histórico fue pintarle la fachada para aparentar y ahora, que estamos en el final de su segundo período, seguimos en las mismas condiciones, con una inmensa displicencia por parte de la Secretaría de Educación, la cual hasta la fecha no ha manifestado públicamente cuáles son las medidas que va a tomar al respecto, por lo que es bueno recordarles que es una obligación cumplir con lo establecido en las siguientes leyes:

  1. Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural.
  2. Ley de Conservación y Mantenimiento de Bienes Públicos.

Para concluir, debemos expresar que no es posible la situación que viven varios museos y monumentos históricos del estado y que además del deber del Ejecutivo Regional de velar por ellos, está también el deber de una parte de la sociedad civil que permanece callada o embriagada en su propia comodidad, por lo que también es bueno recordar el artículo 44 de la Ley de Protección de Defensa del Patrimonio Cultural, el cual establece lo siguiente: “Quedan obligados a una participación activa en pro de la defensa, rescate y conservación del Patrimonio Cultural de la República todos los ciudadanos que habiten en su territorio”.

Carlos Cruz

galeno1999@yahoo.com