La 22a Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (FILUC 2025) celebrada en Valencia, del 29 de octubre al 2 de noviembre, en los espacios de la Galería Universitaria Braulio Salazar, edición que giró este año bajo el sugestivo lema de ¡Leamos!, fue un evento que ratifica a Carabobo como tierra de cultura y en la que la lectura continúa viva entre sus habitantes, a juzgar por el público asistente en el que, además, destacó la presencia de muchos jóvenes. Hechura, sin duda, del compromiso y liderazgo de la rectora Jessy Divo de Romero; la incansable labor de la presidenta de la feria, profesora Rosa María Tovar y su equipo, además del apoyo de todos los patrocinantes y aliados.

La presencia de la Academia de Historia del Estado Carabobo ya se ha vuelta tradicional en su programación, desde las presidencias del Dr. Enrique Mandry Llanos y el Dr. Carlos Cruz Hernández, en el marco del convenio que tenemos suscrito la UC y la AHEC, pero en las tres últimas ediciones esta presencia ha destacado por los esfuerzos para ofrecer un stand atendido con esmero por entusiastas colaboradoras, con una oferta editorial conformada por títulos propios y de otros aliados y colaboradores, principalmente, relativa a la historia regional, lo anterior en su afán de rescatar efemérides por demás significativas para el estado como, por ejemplo, los bicentenarios de la Toma de Puerto Cabello (2023) y el de creación de la Provincia de Carabobo (2024), divulgar la historia regional a través de obras emblemáticas como la Historia de Carabobo de don Torcuato Manzo Núñez, cuya tercera edición revisada y comentada fuera promovida por la Academia, así como incentivar la
investigación y publicación de nuevas obras.

Sin embargo, en esta oportunidad, nuestra Academia asumió un papel más visible de lo habitual, no solo como expositora sino como animadora del diálogo público sobre la historia regional, diálogo en el que participaron activamente un importante número de sus académicos, poniendo de manifiesto que la historia carabobeña no está confinada a un mero archivo polvoriento o libros de anaqueles, sino que constituye una fuerza inspiradora para sembrar arraigo, identidad y ciudadanía. Desde el primer día en que abrió sus puertas la feria, el stand de la Academia estuvo, particularmente, muy visitado y movido; se recibieron a estudiantes, investigadores, amantes de la historia, curiosos del patrimonio carabobeño y también a las autoridades.

Se presentaron los libros Nuestra Señora del Socorro de Valencia, del Pbro. Luis Manuel Díaz, y la reedición de la Historia de la imagen de la Virgen del Socorro, de Luis Cubillán Fonseca, ambos miembros de la corporación, con comentarios a cargo del obispo de Valencia, Excmo. Mons. Jesús González de Zárate e Inés Quintero, primera vicedirectora de la Academia Nacional de la Historia y miembro honorario de nuestra institución, publicaciones que contaron con el copatrocinio de la Academia regional y el aporte económico del empresariado privado.
También la Academia promovió la presentación de los libros Antología de poemas, cuentos e historias Puerto Cabello en letras II, compilación de Grisseld Lecuna Bavaresco; Diablos Danzantes de San Millán, fotolibro de Serge Páez Benítez; Historia y presencia de una cámara centenaria. 130 de la Cámara de Comercio de Puerto Cabello, de José Alfredo Sabatino Pizzolante y La linterna de Diógenes en la formación médica en tiempos de inteligencia artificial, de Alberto Sosa Olavarría, todas comentadas por el académico Jorge L. Aroca Acuña; Carabobo comercial e industrial. Dos siglos de historia, de José Antonio Pardiñas, comentada por quien esto escribe; Valencia en la Independencia, de Luis Heraclio Medina, con palabras de don Luis Cubillán Fonseca y Cuando Venezuela fue España durante 300 años, de Antonio Ecarri Bolívar, comentada también por mi persona.

Los académicos, por otra parte, participaron individualmente en foros como el dedicado a la “Literatura de la Memoria”, con la participación de la periodista-novelista Inés Muñoz Aguirre y José Alfredo Sabatino Pizzolante, con la moderación de acdémica Daniela Bolaños, encuentro especialmente relevante porque abordó la historia o, mejor dicho, la memoria, desde una perspectiva interdisciplinaria, no solo recoge o reconstruye hechos, sino narraciones, literaturas y su resonancia en la identidad. Este tipo de actividad —más abierta, menos formal— indudablemente permite que el público lector se acerque a la historia sin la barrera del discurso exclusivamente académico; y el foro “Ellas, las palabras. La importancia de la literatura venezolana escrita por mujeres en la construcción de la identidad”, con la participación de los académicos Horacio Biord Castillo, Presidente de la Academia Venezolana de la Lengua y Miembro Correspondiente de nuestra Academia, y Carlos Cruz Hernández. Igualmente, participaron los académicos en las presentaciones de obras como La viuda blanca, de María del Mar Rodríguez, a cargo de Luis Heraclio Medina y Un pacto con el diablo. Los orígenes del liberalismo, de Elías Pino Iturrieta, Individuo de Número de la ANH y Miembro Honorario de la nuestra, con instroducción de Elis Mercado Matute; La energía del poder, de Arquímedes Román y Bochinchezuela, de Nestor Rojas Pocaterra, correspondiéndonos a nosotros comentarlas. Tampoco estuvo ausente la Academia en las actividades del tradicional Chamario, dirigidas a los niños, pues con la colaboración de la poetisa y profesora universitaria Mirih Berbín, se organizó el conversatorio “La maestra Leticia y sus cuentos sobre la Provincia de Carabobo”.

Que la Academia regional haya hecho presencia tan activa en la FILUC 2025 es una señal alentadora. En primer lugar, porque la historia regional —y específicamente la de Carabobo— muchas veces quedaba confinada en publicaciones académicas o actos cerrados de poca asistencia. Nuestra presencia, por el contrario, evidencia el interés por conectar la investigación académica con el público en general, con los jóvenes, dando cumplimiento a las obligaciones estaturias de preservar, investigar, documentar y difundir la historia carabobeña. En segundo lugar, estas actividades demuestran que la historia no es solo la narración de fechas y batallas sino que debe insertarse en la cultura viva de la sociedad.

El foro sobre literatura de la memoria, la presentación de un libro sobre los 300 años de cuando fuimos España, la extensa oferta editorial y la interacción con el público en el stand, foros y presentaciones, todo ello apunta a una visión más amplia, si se quiere ambiciosa, acerca de la función pública de la historia. En eso, ciertamente, está y seguirá empeñada la Academia de Historia del Estado Carabobo.

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@PepeSabatino