DISCURSO DE INCORPORACION DEL LICENCIADO JOSE ANTONIO GOMEZ GUTIERREZ, COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE A LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL ESTADO CARABOBO, 18 DE MARZO DE 2025
EL ACTA DE LA INDEPENDENCIA ¿ESTUVO PERDIDA O PROTEGIDA?
Buenos días a todos los presentes en esta maravillosa mañana de marzo, nos encontramos en éste lugar, qué, al entrar, sientes los aires de gloria de nuestros ancestros que sentaron los pilares para la construcción de nuestra nación; ésta casa, vio desfilar por sus pasillos y en sus salones a los hombres de la generación de 1811 y de 1830, hombres como Juan German Roscio, el Generalísimo Francisco de Miranda, El General José Antonio Páez, el ilustre Doctor Miguel Peña, Fernando Peñalver… Aquí nació Venezuela.
Para mí es un inmenso honor poder estar aquí parado frente a ustedes, pudiendo pronunciar este discurso como parte de mi incorporación como Miembro Correspondiente a la Academia de la Historia del Estado Carabobo.
Primero que nada, quiero agradecer a Dios Todopoderoso por permitirme estar aquí, por llevar mis pasos por los caminos de la honestidad y rectitud, todos los dias trato de ser la mejor persona que puedo ser.
Agradezco a mis padres, Armando José Gomez Reveron y Maria Fernanda Gutierrez Castillo, por darme la vida, y apoyarme incondicionalmente, al igual que a mis 3 hermanos, en la realización de nuestros sueños y metas, por darnos una educación de primera, y por acompañarme en estos 42 años de vida que tengo, porque a pesar de la distancia que nos separa desde hace 3 años, no me han abandonado y cuando necesito de ellos, han estado allí.
A mi extraordinaria y maravillosa esposa Yesenia Ortiz, porque de ella he tenido el apoyo incondicional en todas las cosas que he realizado, su amor me fortalece y me permite seguir adelante a pesar de las situaciones y circunstancias que hemos atravesado, ella ha sido un pilar fundamental y me ha acompañado en este camino que ha significado la historia en mi vida; a mi hijo Joaquín Antonio, porque eres la luz de mi vida, el día que te tuve en mis brazos por primera vez en 2022, supe que ser padre era la tarea más grande que venía a hacer en este mundo; solo Dios y la Santísima Virgen, saben lo mucho que te soñamos y pedimos para que llegaras a nosotros.
A mi abuelo, Omar Gutiérrez Hurtado, hombre nacido en Villa de Cura, la puerta del Llano, que sirvió en la política nacional, amante empedernido de la literatura, la música y la historia, pero sobre todo de su familia, especialmente de sus nietos, a él, debo mi pasión por la historia, como olvidar, las visitas a su casa y sentarme junto a él en su sillón y hablarme del Libertador Simón Bolivar, mientras hojeábamos uno de sus libros predilectos “ICONOGRAFIA DE EL LIBERTADOR” de Enrique Uribe White, que recibí como herencia después de su muerte en 1997 y que aún conservo en uno de los lugares más preciados de mi casa, gracias por tus enseñanzas abuelo, siento que me acompañas todos los días, y que hoy estas aquí, viendo a tu nieto, este logro es tuyo; a mis tíos, el Doctor Arnaldo Gutierrez Castillo, y el arquitecto Alejandro Gutierrez Castillo, porque su apoyo han sido incondicional, a ellos debo los concejos de profesionalizar la pasión por la historia, a ellos por esas palabras de aliento para seguir adelante, a ellos debo el interés por acercarme a la historia familiar, que guarda tantos episodios que de una u otra forma son parte de la gesta emancipadora; a mis abuelas Gisela Castillo Navas Spinola de Gutierrez, y Maria Antonieta Reveron Alvarado de Gomez, ellas son herederas de un poderoso gentilicio carabobeño y en especial valenciano, mujeres de temple, aguerridas, que dan todo sin esperar nada a cambio, y ambas, amantes de la historia, una está hoy aquí presente físicamente a sus 94 años de edad, la otra desde el cielo, se fue a los 95 años.
Finalmente quiero dar un inmenso agradecimiento a todos los miembros de la Academia de la Historia del Estado Carabobo, he tenido el privilegio y el honor de poder conversar y trabajar con cada uno de ellos, y solamente puedo de decir “YO SOLO SE, QUE NO SE NADA”, hay mucho conocimiento, dedicación pero sobre todo, mucha humildad, recibes ayuda sin esperar nada a cambio, todos son unos grandes que merecen estar en el sitial donde se encuentran, ojalá Dios me dé larga vida para poder estar en el nivel en donde ellos están; y muy especialmente a nuestro Presidente José Alfredo Sabatino Pizzolante, mi mentor en este camino, que desde el dia que decidi llevar mi pasión por la historia a un nivel profesional, ha estado conmigo, una media mañana y tarde completa del año 2022, me invitó a su casa en Puerto Cabello, y me dijo “José Antonio, quiero acercar la Academia de la Historia a personas como tu, jóvenes, que quieran hacerlo profesionalmente”, yo acepté, y por eso estoy aquí hoy.
Como lo dije previamente, mi pasión por la historia, viene desde que soy un niño, mi abuelo Omar fue quien sembró en mi la semilla, al igual que mi padre, recuerdo que ya a los 4 años sabía quiénes eran los Generales en Jefe del Libertador Simón Bolívar; adoraba asistir a los desfiles militares del 24 de junio en Campo Carabobo, al igual que los de 24 de julio en la Base Naval Agustín Armario. En el Colegio mi materia predilecta era la de Historia de Venezuela, algo poco inusual en un adolescente; con 12 años disfrutaba las entrevistas al Doctor Arturo Uslar Pietri, o a cualquier hombre de historia venezolana que entrevistaban en la televisión; Sin embargo, reconozco que, en el momento que me tocó escoger la carrera que iba a estudiar en la Universidad, Historia no estaba en mis primeras opciones para estudiar, para ese momento, me dejé llevar por los modelos de éxito que veía en mi familia, especialmente de mis tios maternos y paternos, quienes ocupaban puestos de altísimo nivel en las empresas petroleras y de manufactura más importantes de Venezuela, y al ver sus estilos de vida, entonces pensaba que yo también quería tenerlos, y con la historia sentía que no podía lograrlo; asi que esos pensamientos me llevaron a estudiar carreras administrativas y gerenciales; pero siempre, de una u otra forma la historia seguía dentro de mí; pasaron los años, me gradué de licenciado, cree una compañía inmobiliaria junto a mi familia que hoy manejo aquí en Valencia, pero al llegar la pandemia del año 2020, el negocio se paró, a todos nos tocó irnos para la casa hasta nuevo aviso, en ese tiempo empecé a revisar los libros que eran de mi abuelo Omar de Historia, a medida que iba leyendo, empecé a buscar mis propios libros y aprovechar ese tiempo para leer y surgió una idea, crear una cuenta de Instagram en donde pudiera compartir conocimiento de las cosas que iba aprendiendo con una comunidad de personas que les gustara la historia, así nació la cuenta LANOTAHISTORICA, y en ese tiempo, a través de esa cuenta, conocí al Doctor José Alfredo Sabatino, después de leer uno de sus libros “LAS AVENTURAS Y SUFRIMIENTOS DE MOSES SMITH”, a partir de ese momento, empecé a tener contacto con él, hasta que me invitó a su casa y me manifestó sus ideas acerca de la Academia de la Historia del Estado Carabobo, las cuales me parecieron apasionantes, y empecé a ver con más seriedad la idea estudiar la carrera de Historia de Venezuela, primero tomando cursos on line de historia militar, después cursos de los periodos presidenciales del siglo XIX, hasta que, trabajando de forma activa en la academia pero sin ser miembro, llegó la Oportunidad de cursar la Maestría de Historia de Venezuela en la Universidad de Carabobo, la cual me encuentro cursando actualmente y espero poder culminar este año 2025.
Bueno, ahora a lo que vinimos.
En el mes de octubre del año 1907, sale a la luz pública en la ciudad de Valencia, el 2° LIBRO DE ACTAS DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE VENEZUELA DE 1811,
en este libro estaba inserto el Acta original de la Independencia y la primera constitución de Venezuela, aprobada a finales de ese mismo año, los documentos, bases de nuestras libertades, se encontraban perdidos desde el año de 1812.
¿POR QUÉ SI EL ACTA DE LA INDEPENDENCIA SE FIRMÓ EN CARACAS DONDE SESIONABA EL CONGRESO CONSTITUYENTE, APARECIÓ EN LA CIUDAD DE VALENCIA?
¿QUIÉN TENÍA EL ACTA?
¿POR QUÉ PASÓ TANTO TIEMPO PARA SALIR A LA LUZ PÚBLICA?
¿REALMENTE EL ACTA DE INDEPENDENCIA ESTUVO PERDIDA? O ¿ESTABA PROTEGIDA?
El promotor de sacar a la luz pública el precioso libro y entregarlo al gobierno nacional, fue el ilustre historiador Doctor Francisco González Guinán, el cual, decide publicar un libro oficial en 1908, explicando todos los pormenores del hecho y todo el proceso que terminó con la devolución del acta al gobierno nacional encabezado por el General Cipriano Castro.
De acuerdo a testimonio del propio Doctor González Guinan, plasmado en el libro “HALLAZGO DEL ACTA SOLEMNE DE INDEPENDENCIA DE VENEZUELA Y DE OTRAS ACTAS ORIGINALES DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811”, un día
de octubre de 1907, se encontraba el distinguido señor Ricardo Smith de visita en la casa de su amiga, la distinguida María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola, estando en la casa, observó un libro de aspecto antiguo (vetusto) colocado sobre un mueble que se encontraba en la sala de la casa, lo tomó y lo comenzó a revisar, seguidamente le pidió el favor a su distinguida amiga que se lo prestara para mostrárselo a su amigo el Doctor Francisco González Guinán, quien se encontraba escribiendo la historia de Venezuela, lo cual ella accedió.
El 23 de octubre de 1907, a las 10 de la mañana, el notable historiador González Guinan se reúne en la casa de señor Ricardo Smith, estando ambos sentados en la sala de la casa, el señor Smith, le muestra el libro y le comenta que dentro del libro está el Acta original de la Independencia, González Guinán se sorprende y se emociona, una vez que lo revisa, le dice al señor Smith, que ese libro no le pertenece a ni a ël ni a la Señora Navas Spínola, sino a todos los venezolanos, y es deber de Gonzalez Guinan, como asignado a escribir la historia de Venezuela, devolverlo a su verdadero dueño, que es la nación venezolana, representada para ese momento por su Presidente el General Cipriano Castro. Smith le parece razonable el argumento de su amigo, pero le dice que primero tiene que ir a hablar con la viuda de Navas Spínola, lo cual, él accedío.
El Doctor González Guinán visita en varias oportunidades a la señora María Josefa a quién también conocía, primero para saber el por qué el libro se encontraba en su poder y segundo para explicarle la razón de devolverlo. La viuda de Navas Spinola primero le da una versión en donde le dice a González Guinán que ese libro procedía del archivo y papeles de su finado esposo el Ingeniero Carlos Navas Spinola, seguidamente González Guinán le dijo que seguramente los traería de Caracas con el archivo y papeles de su padre Domingo Navas Spinola antiguo empleado municipal, a lo que ella le respondió que, no eran de Domingo padre sino tío de su marido, aceptada la procedencia, el historiador le escribe una primera carta al Presidente Cipriano Castro que no la envía porque en otra reunión con la señora María Josefa viuda de Navas Spinola le da una segunda versión porque siente que es su deber decirla.
En esta segunda versión ella primero la cuenta de boca a González Guinan y posteriormente le escribe una carta dejando evidencia:
González Guinan relata “El libro era un depósito que el año de 1895 le había hecho la señora Isabel La Hoz de Austria, con el encargo de que si moría lo entregase a sus sobrinas la señora La Hoz de Zuloaga y señorita La Hoz, y que deseaba que se lo devolviese para entregarlo a éstas. Además, me dijo quiero borrar el nombre de C. Navas Spínola que figura al margen de una de las primeras páginas”, después de escuchar a la señora viuda de Navas Spínola, el historiador con pena se negó a devolverle el libro, días mas tarde, específicamente el 5 de noviembre de 1907, la distinguida señora María Josefa le envía una carta a González Guinán ampliando lo que habían conversado, aquí se coloca íntegramente:
“Valencia 5 de noviembre de 1907
Señor Doctor Francisco González Guinán Presente
Estimado señor y amigo:
Obedeciendo a un riguroso deber, a fin de que no se alterada la verdad histórica, me veo en el caso de dirigir a usted estas líneas con el fin de rectificar algunos de los informes que tenía dados a usted; y de comunicarle nuevos detalles, que me había reservado acerca de la procedencia del libro de Actas del Congreso de 1811, que se encontraba en mi poder.
En el año de 1895, la señora Isabel La Hoz de Austria, viuda del señor Ingeniero José Donato de Austria, que se encontraba ya octogenaria, con motivo de tener que mudarse a una casa menos capaz que la que venía ocupando, y por ofrecimiento que al efecto lo hice, envió para mi casa una pequeña biblioteca, la cual me ordenó entregar en caso de que falleciese sin disponer de ella, a sus sobrinas Josefa La Hoz Zuloaga y Nieves La Hoz.
Dichas sobrinas, sin duda por la confianza que siempre han depositado en mi, no habían querido disponer del mencionado deposito, e ignoraban, por completo, la mayor parte de los libros de que se componía y principalmente que entre ellos se encontrase el precioso documento base primordial de nuestra independencia y de todas nuestras libertades públicas.
En estos últimos dias, revisando mi hijo Carlos dichos libros, hizo el inestimable descubrimiento.
No me cabe pues, ningún mérito en la salvación y en la conservación del trascendental documento, ni en su dichoso hallazgo; y yo rehuyo desde luego, el favor público con que usted y otros buenos patriotas y connotados ciudadanos, han querido rodearme por tal motivo. La consideración pública con que pueda favorecérseme, yo quiero referirla todo y siempre, al nombre, para mi venerado, de mi inolvidable esposo, y al cariño que le guardan los valencianos por el extraordinario celo y el ardiente amor con qué trabajó por el progreso y engrandecimiento de esta culta ciudad querida. Yo quiero que aquel nombre, que guardo con orgullo, continúe siendo en los dias de mi viudez y de mi desamparo como lo fue en su vida, y después Dios, el principal escudo y el principal amparo de mi existencia.
La gloria de la conservación y del hallazgo del preciosísimo libro, yo la reclamo para Valencia y sobre todo para sus abnegadas y patriotas matronas y vírgenes que, á manera de vestales de la libertad, y haciendo de sus pechos escudo y de sus manos arcas santas, lograron salvar el trascendental documento, de los horrores de nuestra guerra magna y especialmente de las pavorosas catástrofes de 1812 y de los inenarrables martirios que padeció esta ciudad en 1814. Ese libro encierra un poema: es un Moisés salvado, no de las aguas del Nilo, sino de un océano de sangre, de una inmensa hoguera de exterminio y de muerte que tenía por extensión toda la extensión de la República.
Soy con toda consideración, su atta. s. s. y amiga afectísima,
María Josefa de Navas Spínola “
Empecemos por el final de esta historia, ¿Quién era María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola?
En investigaciones que se realizaron a través de periódicos del siglo 20, documentos de la Fundación Museo Arturo Michelena de fecha 15 de febrero de 2005 y testimonios recogidos de dos de sus descendientes, uno de ellos del año 2022 y quien hoy se encuentra aquí presente, a sus 94 años de edad, la Señora Gisela Castillo Navas Spínola viuda de Gutiérrez, la otra es la Doctora Carmen Emilia Navas Spínola, quién fuera hija del Periodista Carlos Navas Spínola Leiceaga (Nieto de María Josefa Gutiérrez y del Ingeniero General Carlos Navas Spínola), quien reside fuera de Venezuela; María Josefa nace en Valencia en 1857, en una Venezuela que se encuentra en pleno último año de la segunda presidencia del General José Tadeo Monagas, hay poca información sobre su infancia y adolescencia, se conoce por dichos documentos, que su madre se llamaba María Gutiérrez, y que conoció a quién se convertiría en su esposo el Coronel Ingeniero Carlos Navas Spinola en 1877, el ilustre ingeniero proveniente de la ciudad de Caracas llega a Valencia por solicitud del General Antonio Guzmán Blanco para supervisar las obras del Acueducto de Valencia el cual fue inaugurado el 5 de febrero de 1877.
La pareja contrae nupcias por civil el lunes 28 de octubre de 1878 a las siete y media de la noche, en la casa sin número, en donde residía la señora María Josefa Gutiérrez, propiedad de su madre, la señora María Gutiérrez, ubicada en la Calle La Paz de la Parroquia La Candelaria, perteneciente al Departamento Valencia, así lo describe la partida de matrimonio N° 866, la cual quedó copiada el 31 de octubre de 1878; para el momento del matrimonio, la novia se encontraba gravemente enferma, así lo declara en esa misma acta el Doctor Manuel Maria Zuloaga; el encargado de oficiar el matrimonio civil fue Francisco Mendez Párraga, Presidente del Consejo Municipal, y los testigos fueron: General Gregorio Cedeño, Presidente del Estado; Mariano Clemente Revenga, profesión agrimensor; y las señoras Pilar Contreras de Cedeño y Ageda Paéz de Revenga.
De acuerdo a investigaciones realizadas por el distinguido Doctor y miembro de esta corporación, Fabián de Jesús Díaz, y publicadas en la prensa del siglo XX y de revistas de la ciudad de Valencia, la señorita María Josefa Gutiérrez y el Ingeniero Carlos Navas Spínola, contrajeron nupcias eclesiásticas, en la Iglesia la Candelaria. La ceremonia, la oficia el presbítero Don Manuel Michelena (tío del pintor Arturo Michelena), y aquí hay algo interesante, porque, entre los padrinos y madrinas de boda tenemos a Manuel Zabaleta y Doña Heraclia Arrubla la Hoz, este dato es importante destacarlo porque ahí podemos ver la cercanía que había entre los De La Hoz y María Josefa Gutiérrez de Navas Spinola.
Ahora bien, resulta un tanto curioso, que, en los artículos publicados por el ilustre médico, se coloca, que la boda eclesiástica, se realizó el 28 de octubre de 1878, sin embargo, pareciera existir un error en la fecha de la misma, ya que, la fecha que coloca Fabián de Jesús Díaz, es la del matrimonio civil, y como lo evidencia el acta del matronio civil, Maria Josefa Gutierrez, se encuentraba gravemente enferma. (Para el momento de la redacción de éste discurso, se está haciendo investigación en archivos eclesiásticos de la Iglesia La Candelaria, y, así poder descifrar ésta situación.)
Lamentablemente el matrimonio duró muy poco, ya que el Ingeniero General Carlos Navas Spínola fallece la noche del 3 de diciembre de 1879, producto de una vieja herida de guerra que tenía en el pecho, eso fue, faltando poco más de 1 mes para cumplir los 35 años.
La edición N° 1.322 del Periódico Valenciano LA VOZ PUBLICA, de fecha, 4 de diciembre de 1879; el cual, era propiedad y dirección del Doctor Francisco González Guinan, cuyas ediciones, reposan en la HEMEROTECA, perteneciente a la ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, ubicada en la Ciudad de Caracas, la cual, fue revisada en 2024, publica en su primera página, un artículo, escrito por su mismo director, sobre el finado Ingeniero, en donde lo describe como un cumplido caballero, sabio ingeniero, un magnifico amigo y un hombre de bien en toda la extensión de la frase; estudió de joven en su ciudad natal Caracas, la carrera de las matemáticas, posteriormente, abraza las ciencias en la Academia de Caracas, en donde recibe educación de Revenga, y de Meneses, graduándose de ingeniero. Durante esos años, las convulsiones políticas y militares de su tiempo, lo llevan a formar parte de un partido, y termina participando en combates militares como artillero, en unos el bando vencedor y en otros el bando vencido, en esos tiempos de batalla, termina recibiendo una bala que casi le cuesta la vida, la amistad de un compañero de guerra, lo asiste en sus dolencias y lo ayuda a recuperarse, sin embargo, desde ese episodio, la muerte será su compañera inseparable, sin embargo, su mente de genialidad lo lleva por caminos de gloria, y es así como en 1875, llega a la ciudad de Valencia, por solicitud del Presidente de Venezuela, El Ilustre Americano, General Antonio Guzmán Blanco, para el diseño y construcción del primer Acueducto de la ciudad. Algunos se atreven a dudar de la experticia del joven ingeniero, pero él, tiene la seguridad del resultado, y el 5 de febrero de 1877, el General Guzmán Blanco, y el pueblo de valencia, son testigos de la magnifica obra de Navas Spínola del Acueducto “Guzman Blanco”.
El ingeniero deja una viuda de 22 años y un bebe de 52 días de nacido llamado Carlos (12 de octubre de 1879).
Cabe destacar, que unos meses antes de la muerte del General Ingeniero Carlos Navas Spínola, el General Antonio Guzmán Blanco, coloca su absoluta confianza nuevamente en el ilustre personaje, y el 7 de mayo de 1879, lo nombra el arquitecto del Teatro Valencia (Hoy Teatro Municipal de Valencia); al morir Navas Spínola, la obra es tomada por el Arquitecto Antonio Malaussena, quien es el que realiza la obra; así lo describe, el historiador e individuo de número de ésta corporación, Luis Cubillán Fonseca en su libro de 1984, titulado “HISTORIA DE LA CONSTRUCCION DEL TEATRO MUNICIPAL DE VALENCIA”
María Josefa, a pesar de recibir por un golpe tan duro, se caracterizó por ser una mujer fuerte, dedicada a su oficio de maestra a niños distinguidos de la sociedad valenciana y profesora de piano, ya que, se le conocía como una excelente pianista, la distinguida dama, fallece el 23 de octubre de 1944, a las 10 de la noche, a la edad de 87 años, en la casa N° 149, de la Calle La Paz, Municipio El Socorro; la notificación del deceso, fue realizada por el señor Francisco José Castillo, quien fuera el esposo de su nieta Isabel Teresa Navas Spinola Leiceaga de Castillo, así lo describe el acta de defunción N° 272 de fecha 24 de octubre de 1946, firmada y sellada por Simón Franceschi, Primera Autoridad Civil del Municipio Socorro, Distrito Valencia
Ahora, regresemos a los días del año 1907.
Una vez recibe el Doctor González Guinán, la carta de la Señora viuda de Navas Spinola fechada 5 de noviembre, le escribe una segunda carta al presidente Cipriano Castro donde le anexa la carta de la Señora viuda de Navas Spinola y agrega que el confía en lo que dice la carta porque El Congreso Constituyente de 1811 decretó Valencia como capital de la República, suspendió las sesiones en Caracas el 15 de febrero y las reanudó en Valencia el 1°de marzo de 1812, ahí estuvo sesionando en este salón, donde nos encontramos esta mañana, hasta parte del mes de abril,cuando se conoce la noticia de que el jefe realista Capitán Domingo Monteverde, se aproximaba a la ciudad, ahí se disolvió el congreso y posiblemente por esa situación ha debido el congreso dejar su archivo en poder de alguna familia patriota, una de ellas era la familia Zavaleta de dónde provenía la señora Isabel La Hoz de Austria, la familia Zavaleta acostumbraba a ofrecer bailes y tertulias a las que asistían los diputados del Congreso Constituyente.
Ahora cabe preguntarse.
¿QUIENES ERAN LA FAMILIA ZAVALETA? y en ¿QUE PARTE DE ESTA HISTORIA SE UNEN LOS ZAVALETA Y LOS DE LA HOZ?
De acuerdo a conversaciones sostenidas con el investigador de historia e Individuo de número de ésta corporación, el abogado Luis Heraclio Medina en el año 2022, , quien se ha dedicado al tema de la familia Zavaleta, se tiene, como primera pieza, a JOSEFA ANTONIA ZAVALETA GEDLER conocida como “La Chepita” quien nació en el año de 1789 en los años de la todavía Capitanía General de Venezuela, sus padres fueron Manuel Zavaleta, quien procedía de la Ciudad de Santander en España y María Josefa Gedler (pariente lejana del Libertador). Tuvo 4 hermanos: María de Las Nieves, Manuel, Rosa y María Luisa,
Contrajo nupcias en 2 oportunidades, la primera, en la ciudad de Puerto Cabello en 1807, con el militar Francisco de Paula Tinoco de Castilla, quien murió en septiembre de 1813 de un cañonazo atacando a Puerto Cabello, siendo comandante de artillería patriota en la Campaña Admirable del Libertador Simón Bolívar. De este matrimonio quedan 2 hijos, Gerónimo y María Antonia.
En segundo matrimonio, se casa con el exiliado neogranadino Juan Manuel Arrubia en 1818, y en 1820 la vamos a ver involucrada de forma activa en un intento de asesinato al General realista Pablo Morillo, quien tenía establecido su cuartel principal en la ciudad de Valencia, el complot va a ser develado, las pruebas contra La Chepita son contundentes por lo que es juzgada y sentenciada al destierro, parte a Curazao y posteriormente a la Nueva Granada.
La unión con la familia De La Hoz aparece por el lado de sus hermanos, ya que su hermana María de las Nieves se casó con Francisco La Hoz y su hermano Manuel Zavaleta se casa con María de Las Nieves La Hoz y posteriormente con la hermana Lorenza Fernández La Hoz.
A partir de estos matrimonios comienza el parentesco de Los Zavaleta con la Familia La Hoz.
En algunos de los hermanos, o incluso, la misma La Chepita Zavaleta, los miembros del Congreso posiblemente, dejó en resguardo el libro de Actas que contenía el Acta original de la independencia y la primera constitución de Venezuela.
Desde ese momento de 1812 hasta 1907 se desconocía el paradero del Acta de la Independencia, pasaron 96 años en esas estirpes distinguidas de la ciudad, hasta los momentos no se sabe cómo siguió la línea de custodia del Acta, en estos momentos nos encontramos investigando ese período.
De acuerdo a las investigaciones que se han realizado hasta la fecha y tomando en cuenta las evidencias presentadas el día de hoy, va a depender del punto de vista con que se mire. Si se observa desde la óptica del período de la familia Zavaleta hasta la señora Isabel La Hoz viuda de Austria, se puede ver que existió una línea familiar continua que mantuvo el libro que contenía el Acta de la Independencia por 83 años, que el libro fue pasando entre sus familiares, hasta 1895 que es cuando el libro pasa a manos de otra distinguida familia valenciana, pero que no es familiar directo de las anteriores, que es la señora María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola.
Si lo vemos desde la óptica de la Señora viuda de Navas Spínola, se podría decir que es un Hallazgo, ya que no existe ninguna evidencia física ni oral que certifique que la señora viuda de Navas Spínola, tuviera conocimiento de que en la biblioteca que recibió de la Señora Isabel La Hoz viuda de Austria, estuviera el libro de Actas del Congreso Constituyente de 1811, donde estaba El Acta Original de la Independencia de Venezuela.
La razón por la que pudo haber estado protegida, es porque ese libro contenía el nacimiento de la República, la Guerra de Independencia en Venezuela fue la más sangrienta y costosa del hemisferio, valencia fue una de las ciudades más afectadas durante ese período, posterior a la guerra de independencia, se crea una nueva nación que es la República de Colombia, pero que años más tarde, Venezuela se separa para ser una nación propia, sumado a esto, Venezuela, posterior a la Independencia, se mantuvo sacudida por guerras civiles el resto del siglo XIX y la primera década del siglo XX, tiranías, inestabilidad política, bloqueos internacionales, razones de bastante peso que pudieron hacer pensar que no eran los tiempos indicados, para sacar a la luz el libro de actas.
Una vez que el Acta se hizo pública, el suceso generó un júbilo colectivo a nivel nacional, todos los periódicos importantes escribieron la nota, a partir de esa fecha, todos los círculos y fuerzas vivas del país, le dieron el crédito al Doctor Francisco González Guinán del Hallazgo, sin embargo, si se hace una revisión del Libro que publicó el mismo historiador González Guinán acerca del hecho, se pueden encontrar datos interesantes que llevan a pensar que no es así.
1) Al revisar el prólogo del libro publicado en 1908, escrito por el mismo Doctor Francisco González Guinan, él hace referencia a una reunión que sostuvo con la Señora Doña María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola posterior a la primera en donde el mismo relata “Que sus primeros informes sobre la procedencia no eran ciertos; que su conciencia estaba atribulada y quería tranquilizarla; que el Libro era un depósito que el año de 1895 le había hecho la señora Isabel La Hoz de Austria, con el encargo de que si moría lo entregase a sus sobrinas la señora La Hoz de Zuloaga y señorita La Hoz, y que deseaba que se lo devolviese para entregarlo a éstas. Además, me dijo, quiero borrar el nombre de
C. Navas Spínola que figura al margen de una de las primeras páginas”
Sumado a lo descrito por el Doctor Francisco González Guinan, existe la carta, escrita por la Señora María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola fechada 5 de noviembre de 1907 que refuerza lo que le dijo al historiador en ese encuentro:
“En estos últimos días, revisando mi hijo Carlos dichos libros, hizo el inestimable descubrimiento”
Ambos testimonios, tanto oral, como escrito, dan a entender que el que encontró el libro donde estaba el Acta original de la Independencia, fue Carlos Navas Spínola Gutiérrez, de aproximadamente 25 años de edad, hijo de la Señora María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola, no podía referirse a su esposo el Ingeniero Carlos Navas Spinola porque él había fallecido en 1879, y que por esa razón el libro se encontraba a la vista de todos en la sala el día que el señor Ricardo Smith, vió el libro sobre el mueble en la casa de la viuda de Navas Spinola en octubre de 1907.
2) Finalmente, el 6 de noviembre de 1907, el Doctor Francisco González Guinán envía 2 cartas, la primera, es al Presidente de la República, General Cipriano Castro, en donde le anexa la carta recibida en fecha 5 de noviembre de la señora viuda de Navas Spinola explicando la segunda versión de la razón de poseer ella el libro de actas, y la segunda carta es enviada a la Academia Nacional de La Historia, de la que González Guinán era miembro, lo curioso de ésta última carta, es que el historiador transcribe tal cual la primera parte del testimonio de la señora viuda de Navas Spinola, pero omite el párrafo completo en donde la viuda explica que “En estos últimos días, revisando mi hijo Carlos dichos libros, hizo el inestimable descubrimiento”, a partir de ese momento todas las fuerzas vivas incluyendo la Academia de la Historia han dado el crédito al Doctor Francisco González Guinan de ser el descubridor del libro de Actas del Congreso Constituyente de 1811 en donde estaba el ACTA ORIGINAL DE LA INDEPENDENCIA y LA PRIMERA CONSTITUCION DE VENEZUELA.
Ahora bien, la ubicación exacta de la casa donde vivió la distinguida Señora Maria Josefa Gutiérrez viuda del General Ingeniero Carlos Navas Spínola, en donde estuvo reposando el Libro de Actas del Congreso Constituyente de 1811, que contenía el Acta de la Independencia y la Primera Constitución de Venezuela, ha sido un misterio sin resolver. De acuerdo al artículo publicado en la edición N° 107 de febrero de 1982 de la reconocida revista valenciana INFORMATE, a cargo del recordado Médico e Individuo número de ésta corporación Fabián de Jesús Díaz, el cual está dedicado al reconocido periodista y político Carlos Navas Spínola, nieto del General Ingeniero Carlos Navas Spinola y de la Sra Maria Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola, reza lo siguiente
“El matrimonio Navas – Leyceaga residía en la Calle Michelena de hoy; entre las Calles Puerto Cabello y La Paz, Avenida Diaz Moreno y Montes de Oca de hoy. Era la casa donde habitó Doña María Josefa Gutiérrez, viuda del famoso e inolvidable Ingeniero Carlos Navas Spínola.
En esa humilde residencia se encontró el Libro de Actas del Congreso de Venezuela que decretó la Independencia Nacional; libro que llegó a considerarse definitivamente perdido”
Adicionalmente, a la información contenida en el artículo previamente nombrado, existe una información contenida en el libro “EL RIO CABRIALES Y SU LAGO” de la escritora
Virginia Pérez Linares del año 1964, en el pié de página de la página 175, se encuentra la siguiente información:
“En su casa de habitación, ubicada en la actual Calle Michelena, a dos cuadras y media del Puente Revenga, hacia el Oeste, después de las Avenidas Constitución y Montes de Oca, en la acera de la izquierda, fue encontrada en 1907 por Ricardo Smith, el Acta Original de nuestra Independencia, lo que dio motivo al Dr. Francisco González Guinan para escribir la amplia e interesante historia que tiene dicho documento”
A partir de los 2 documentos descritos previamente, se comenzó una investigación exhaustiva, la cual, llevó a la revisión de documentos originales de propiedad de inmuebles, ubicados en el archivo del REGISTRO PUBLICO DEL PRIMER CIRCUITO DEL MUNICIPIO VALENCIA ESTADO CARABOBO, ubicado en la Urbanización Agua Blanca de la ciudad de Valencia el pasado año 2024, en esta investigación se logró encontrar varios documentos que dan luces sobre el lugar donde estuvo el libro de Actas del Congreso Constituyente de 1811, el cual contenía el Acta original de Independencia y la Primera Constitución de Venezuela.
El documento N° 163 perteneciente al Tomo 1, Protocolo Principal, 2do trimestre de 1924, expresa que la Señora María Josefa Navas Spínola, vende a Manuel María Acosta, el 7 de mayo de 1924 (El Documento se registró el 9 de marzo de 1926), tres (3) casas, ubicadas en el Municipio La Candelaria perteneciente a el Distrito Valencia, las cuales la referida señora, las obtuvo por herencia de su madre, la señora María Gutiérrez, quien las edificó con dinero de su propio peculio, sobre un terreno de su propiedad. Los linderos de las referidas casas son; NORTE: Calle del Ganado, hoy Padre Michelena; SUR: Calle Peña; NACIENTE (ESTE): Solares que son o fueron de Dorotea Villegas, de Adolfo Acosta y de la Sucesión de José Acosta; PONIENTE (OESTE): Solar que es o fue de Eleuterio Gutiérrez y Calle La Paz; los tres (3) inmuebles poseían respectivamente las siguiente nomenclatura; la N° 44 y N° 46, las cuales tenían el frente por la Calle Padre Michelena; y la N° 224, tenía el frente por la Calle La Paz (Actualmente Avenida Montes de Oca).
En reuniones sostenidas a mediados del mes de diciembre de 2024 con el reconocido casólogo de la Ciudad de Valencia y Miembro Correspondiente de esta corporación, el Economista Francisco Cariello, expresó que, los tres (3) inmuebles descritos previamente, en su experiencia con otras propiedades del centro de la ciudad, inicialmente pudo haber sido una (1) sola e inmensa propiedad, y que por motivos económicos o de otra índole, esa propiedad se dividió en tres (3) inmuebles en algún momento previo al año de 1924.
Posteriormente, y como lo evidencia el documento N° 228 contenido en el Libro Protocolo Primero Principal, Tomo 1, Primer Trimestre de 1926, el diez (10) de marzo de 1926, el Señor Manuel María Acosta, vende a la Señora Juana Leiceaga de Navas Spínola, las referidas tres (3) casas nombradas previamente, ubicadas en el Municipio La Candelaria, identificadas con los N° 44, N° 46 y N° 224 respectivamente. Cabe destacar que la Señora Leiceaga de Navas Spínola, era la nuera de la Señora María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola, y, para el momento de la compra, era viuda.
Años más tarde, el 10 de abril de 1937, la Señora Juana Leiceaga viuda de Navas Spínola, vende a su nuera, la Señora María Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola, las tres (3) casas nombradas previamente, ubicadas en el Municipio La Candelaria, identificadas con los N° 44, N° 46 y N° 224 respectivamente; cabe destacar que el 23 de octubre de 1944, falleció la Señora Maria Josefa Gutierrez viuda de Navas Spinola a la edad de 87 años, tal y como lo evidencia el acta de defunción N°272 de fecha 24 de octubre de 1944, la cual fue mencionada previamente en esta investigación, la finada no dejó testamento, y su hijo único había fallecido años atrás, por lo que las 3 propiedades pasaron por sucesión a sus nietos CARLOS NAVAS SPINOLA LEICEAGA, CAROLINA NAVAS SPINOLA LEICEAGA, CARMEN EMILIA NAVAS SPINOLA DE CAPRILES e ISABEL TERESA NAVAS SPINOLA DE CASTILLO.
Posteriormente, y como lo evidencia el Documento N° 38, del Primer Trimestre del año 1946, el 29 de enero de ese año, el Señor Carlos Navas Spínola, la Señorita Carolina Navas Spínola y el Señor Julio Capriles, apoderado y esposo de la Señora Carmen Emilia Navas Spínola de Capriles, dan en venta a su hermana Isabel Teresa Navas Spínola de Castillo, las tres cuartas partes (3/4), que tenían de las propiedades conformadas por las tres (3) casas ubicadas en el Municipio La Candelaria, identificadas con los N° 44, N° 46 y N° 224, las cuales habían heredado de su abuela paterna, la señora Maria Josefa Gutierrez viuda de Navas Spinola; de esta forma la señora Isabel Teresa Navas Spinola de Castillo, pasaba a ser dueña absoluta de las propiedades ya mencionadas; y a poco menos de un mes de la transacción descrita, y como lo evidencia el documento N° 85, de fecha 15 de febrero de 1946, la señora Isabel Teresa Navas Spínola de Castillo, vende dos (2) de las tres (3) casas ubicadas en el Municipio Candelaria, específicamente, las 2 contiguas que eran la casa N° 46, cuyo frente daba por la Calle Michelena y la casa N° 224, cuyo frente daba a la Avenida Montes de Oca, al señor Rogelio Peraza; la casa N° 44 no formó parte de la transacción de venta; para el momento de la redacción de éste discurso, no se ha logrado encontrar, el documento que describe, a quién se le vendió, la última casa que perteneció a la señora Isabel Teresa Navas Spínola Leiceaga de Castillo, lo que sí se conoce, es que esa última propiedad, ya no pertenece a sus descendientes.
Ya para concluir, después de la investigación realizada en 2024, en documentos primarios de propiedad y venta, ubicados en el archivo de EL REGISTRO PUBLICO DEL PRIMER CIRCUITO DEL MUNICIPIO VALENCIA ESTADO CARABOBO, el acta
de matrimonio entre la señora María Josefa Gutiérrez y el Ingeniero Carlos Navas Spínola, y comparando la información contenida en el libro de 1964 de la escritora Virginia Pérez Linares, así como, el artículo publicado por el destacado historiador Fabián De Jesús Díaz en 1982, se puede observar, que los datos contenidos, guardan gran semejanza en cuanto a ubicación de la casa de residencia de la Señora Maria Josefa Gutiérrez viuda de Navas Spínola, en donde se encontraba el Libro de Actas del Congreso Constituyente del año 1811, que contenía el Acta Original de la Independencia de Venezuela y la Primera Constitución de Venezuela.
A pesar de que el acontecimiento, fue un hecho notorio y con un alcance a nivel nacional para la época, se fue perdiendo en el tiempo, especialmente en la ciudad de Valencia y el Estado Carabobo en línea general; las razones del por qué ha pasado al olvido, se desconocen, sin embargo, toda la investigación realizada, deja claro el papel crucial y fundamental que jugaron las mujeres de valencia como guardianas del Acta de nuestra Independencia, y es una deuda que valencia tiene en enaltecer el valor y gloria de las mujeres de ésta ciudad.
Es por ésta razón, que pedimos formalmente este día de hoy 18 de marzo de 2025, ante la junta directiva de la Academia de la Historia del Estado Carabobo, que se hagan todas las diligencias para colocar en el sitio de ubicación del Libro del Congreso Constituyente de 1811, una placa conmemorativa del suceso de 1907 o un sistema de código QR, que permita a todos los valencianos y visitantes de ésta ciudad, conocer el suceso que permitió llevar a la luz pública el documento perdido, base de nuestras libertades y que en esa placa se rinda un homenaje a la familia Zavaleta, a la señora Isabel La Hoz viuda de Austria a la señora Maria Josefa Gutierrez viuda de Navas Spinola, al periodista Carlos Navas Spinola, al Señor Ricardo Smith, y al ilustre historiador Francisco Gonzalez Guinan, cada una de estas personas son protagonistas del suceso y la sociedad civil lo desconoce al igual que el propio suceso; Valencia lo merece.
Muchas Gracias.
José Antonio Gómez Gutiérrez
Miembro Correspondiente de la Academia de la Historia del Estado Carabobo
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Gonzalez, Francisco, Hallazgo del Acta Solemne de Independencia de Venezuela y de otras actas originales del Congreso Constituyente de 1811, 1908
Pérez, Virginia, El Río Cabriales y su lago, 1964
Cubillán, Luis, Historia de la Construcción del Teatro Municipal de Valencia, 1984
