En las páginas del semanario El Mirandino, correspondiente al Nº 491, publicado en la ciudad de Los Teques el 5 de mayo de 1928, se inserta una noticia referida a la prohibición de los juegos de envite y azar en el territorio del estado Miranda. Esta prohibición complementaba una análoga adoptada en el Distrito Federal por petición del general Juan Vicente Gómez, presidente de la República.

La mencionada noticia se titula “El Presidente del Estado Miranda prohíbe, en la jurisdicción de su mando, el juego de envite y azar”. Siguiendo el lenguaje alambicado de la época y las alabanzas reiteradas al jefe del Estado, el texto de dicha noticia, es el siguiente:

“La ventura de un pueblo no está únicamente en el adelanto material ni en los conocimientos científicos y de arte. Las buenas costumbres son primordiales para la prosperidad de individuos y naciones. Por eso la supresión del juego de envite y azar en este estado, es un paso de adelanto moral dado por nuestro Magistrado Regional, muy placentero al patriota General Juan Vicente Gómez, quien fue el primero que mandó a prohibir en el Distrito Federal las diversiones acompañadas del dinero de la apuesta y donde tan solo interviene la suerte.

El Rehabilitador [el general Juan Vicente Gómez] sabe que no es en la casualidad venturosa, siempre llena de falsos halagos, sino en la activa labor de la pluma o el martillo, de la herramienta del artesano o del brazo del trabajador, donde está el alto porvenir de una nación. Felicitamos al general José R. Luque, progresista presidente del estado, por el Decreto que a continuación tenemos el gusto de publicar acompañado de la circular del secretario general de Gobierno dirigida a los jefes civiles de Distrito”.
En efecto, al pie de la noticia se incluye tanto el decreto de prohibición de los juegos de envite y azar, como la circular enviada a los jefes civiles de distrito por el secretario general de gobierno, encargado de la ejecución del decreto. Este reza de la siguiente manera:

“General José R. Luque, [/] Presidente del Estado Miranda,
Considerando: [/] Que la intensa labor de regeneración patria que viene realizando el Eximio Jefe del País, Benemérito General Juan Vicente Gómez, demostrando cada vez más su celo e incesante afán por todo cuanto tienda al mayor bienestar de los venezolanos, debe ser secundada con decisión absoluta por este Gobierno;
[/] Considerando: Que el ciudadano Gobernador del Distrito Federal cumpliendo instrucciones del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, que se inspira en los más altos postulados de cultura y civilización, dictó con fecha 30 de abril próximo pasado un Decreto prohibiendo el juego de envite y azar; y que, rodeando el Estado Mirando al Distrito Federal como lo está, por su situación topográfica, se hace indispensable dictar igual prohibición en este territorio a fin de lograr el más cabal cumplimiento en la aplicación de esta medida de moralidad social que rendirá la colectividad mirandina los mayores beneficios para su riqueza y bienestar,
Decreto:

[/] Art. 1º Se prohíbe de manera terminante en toda la jurisdicción del Estado el juego de envite y azar.

Art. 2º Las autoridades civiles de los Distritos, Municipios y Vecindarios, cuidarán del más estricto cumplimiento de lo ordenado en este Decreto y darán aviso inmediato al Despacho de la Secretaría General de las infracciones que ocurran en sus respectivas jurisdicciones, a fin de imponer a los infractores las penas establecidas en el Libro Tercero, Título III, del Código Penal.

Art. 3º El Secretario General de Gobierno queda encargado de la ejecución del presente Decreto.
Dado en la Casa de Gobierno del Estado Miranda, sellado con el sello del Ejecutivo y refrendado por el Secretario General, en Los Teques, a los 2 días del mes de mayo de 1928.-
Año 119º de la Independencia y 70º de la Federación.

José R. Luque. [/] Refrendado. El Secretario General, [/] Juan Vicente Rodríguez”.
El Decreto del presidente del estado Miranda, del 2 de mayo de 1928, se produce tan solo dos días después del decreto del gobernador del Distrito Federal, este último con fecha de 30 de abril del mismo año.

El secretario de gobierno se apresura y el mismo día del decreto envía una carta a los jefes civiles de distrito, cuyo contenido es el siguiente:
“Estados Unidos de Venezuela.- Estado Miranda.- Secretaría General.- Dirección Política, Administrativa y de Estadística.- Los Teques: 2 de mayo de 1928.- 119º y 70º.- Circular.
Para Jefe Civil del Distrito…

Por Decreto Ejecutivo de hoy se declara prohibido terminantemente en todo el territorio de este Estado el juego de envite y azar.

Corresponde esta provechosa medida, que tiende a extirpar de manera definitiva el hábito pernicioso del juego, a los constantes anhelos conque nuestro Benemérito Jefe el General Juan Vicente Gómez viene enrumbando la Nación por las excelsas finalidades de su mayor grandeza y más alto bienestar.

En tal virtud, el ciudadano Presidente del Estado me ordena decir a usted, que se sirva desplegar el mayor celo porque sean cumplidas estrictamente en esa jurisdicción las disposiciones contempladas en el mencionado Decreto, contribuyendo así, por su parte, a que tan saludable medida surta los efectos que se propone este Gobierno.
Como lo expresa el mencionado Decreto que en Boletín Oficial se le remite, debe usted avisar a este Despacho las infracciones que ocurran, a fin de que el Ejecutivo del Estado por las autoridades a que corresponda haga aplicar las penas a que se refiere el artículo 532 del Código Penal.

Dios y Federación,
Juan Vicente Rodríguez.
Dirigida a los Jefes Civiles de los Distritos del Estado”.
La prohibición de los juegos de envite y azar iba acompañada también de la prohibición, en el Código de Policía, de los joropos, que eran fiestas donde se vendía bebidas alcohólica, con frecuencia los llamados guarapos, se bailaba y se hacían juegos de envite y azar. Casi siempre estos bailes terminaban con riñas, personas heridas e incluso muertas.
Los epítetos y calificativos dirigidos al presidente de la República recuerdan los usos de gobiernos autoritarios, dictaduras y regímenes opresivos. Muchas veces frases de ese tipo han servido también de santo y seña para identificar a los funcionarios adeptos y genuflexos al régimen.

Probablemente su prohibición no fue óbice para que siguieran practicándose esos juegos, pero quizá se utilizara para persecuciones políticas y retaliaciones personales.

Horacio Biord
hbiordrcl@gmail.com