«En los momentos de prueba, nuestra fe se forja como el acero» Santiago Apóstol

La democracia es el sistema político mediante el cual el ciudadano puede elegir a sus gobernantes mediante el voto. Siempre el voto tiene que ser el instrumento a través del cual el pueblo pueda expresarse y de esa manera escoger a las personas que están optando a los diferentes cargos de elección popular.

En el caso de una elección presidencial, la responsabilidad de elector es todavía mayor ya que se está otorgando el poder de regir los destinos de la nación durante 6 años como es el caso de Venezuela.

En los últimos 26 años, la nación ha estado gobernada por un modelo sobre el cual (electoralmente hablando) la oposición del país no fue exitosa y ello permitió que esta situación se hubiese prolongado por tanto tiempo y es ahora cuando se han congregado diferentes circunstancias que han permitido observar, sentir y palpar una inmensa realidad que viene siendo expresada en las calles por el pueblo venezolano.

Desde la época de la campaña presidencial que llevó a Carlos Andrés Pérez a la presidencia en el año 1973, no se habían visto tales manifestaciones populares donde la gente de todos los estratos sociales (sin excepción) se ha lanzado a la calle para abrazar la esperanza porque están cansados de la miseria, del retraso, de la inflación, del caos de los servicios públicos, de la migración, del desmembramiento de las familias, del abandono de nuestros viejitos y de la desconfiguración histórica de los venezolanos, entre muchos otros males.

Ese fervor que se observa en cada rincón de los pueblos y ciudades de Venezuela está dando una campanada al país, el continente y el mundo y avisa que los venezolanos saldrán votar mañana, domingo 28 de julio, porque es un derecho consagrado en la Constitución y también es un deber moral con el país, nuestra historia, nuestros hijos y sobre todo con nuestro futuro.

Es el voto y el respeto a esa voluntad popular, lo que nos llevará a que el país tenga progreso, paz y esa bien llamada «Unidad Superior » de la que tanto habla el Dr. Henrique Salas Römer, que es aquella que no tiene distingo de razas, credos o filiaciones porque es la unidad verdadera que es capaz de lograr los grandes cambios.

El 28 de julio es la oportunidad de los venezolanos («Con la fe forjada en el acero», como dice Santiago Apóstol) para dirigirnos hacia el buen camino, por lo que hacemos un llamado a todos nuestros compatriotas para que salgan a cumplir con esa cita fundamental que tenemos con nuestro destino y que Dios nos cuide y la Virgen Santísima nos cubra con su manto y hacemos mención especial de ello porque sin duda alguna esta es una confrontación política y espiritual de la cual saldremos victoriosos.