La inhumación se realizó el 20 de diciembre en horas de la tarde, en la Catedral Basílica Menor de Santa Marta.
La población, las autoridades civiles y militares en regio, luto participaron en las honras fúnebres en la Casa de la Aduana, (Monumento Histórico Nacional), durante el trayecto y en la Catedral.
El general irlandés Daniel Florencio O’Leary, llegó el 18, incorporándose a los actos previstos.
Varias familias ofrecieron el espacio para el entierro; se decidió por el panteón facilitado por la familia Díaz Granados, frente al altar de San José.
Desde el Fuerte San Fernando en Santa Marta, se realizaron las Salvas de Artillería.
A pedido del general Mariano Montilla, el profesor francés Francisco Sieyes, compuso la Marcha Funebre, interpretada por veintitres músicos durante en el trayecto.
El cortejo funerario iba precedido por las cabalgaduras del Libertador, seguido de tres oficiales con sable en mano, una compañía de soldados del batallón Pichincha, las parroquias de la ciudad, inmediatamente el cadáver con sus condecoraciones colocadas.
El carruaje fúnebre fue llevado por dos generales, dos coroneles y dos comandantes; seguían los oficiales de la guarnición y personalidades.
El pueblo conmovido le lanzaba flores al humilde féretro.
A la llegada del Cortejo Funebre a las puertas de la Catedral, la Unidad Militar de Parada realizó los honores correspondientes.
Monseñor José María Estévez , obispo de Santa Marta, no pudo estar presente en la Catedral.
La Partida de Entierro dice:
*»En el año del señor, a veinte de diciembre de 1830, yo, presbítero José Arenas, Cura Interno de la Catedral de Santa Marta»*.
*»Certifico; que el señor Deán, Don José Antonio Pérez, en unión del Ilustrísimo de esta sagrada Iglesia, dio sepultura eclesiástica en una bóveda de la referida Catedral al cadáver del Excelentísimo Señor General Libertador de la República de Colombia Simón Bolívar, natural de la ciudad de Caracas, viudo de la señora María Teresa Rodríguez del Toro*.
*Habiendo hecho testamento, se le administraron todos los Santos Sacramentos y llevó un entierro mayor con siete posas (misas), gratis, al que concurrieron todas las Corporaciones, Generales del Ejército*.
*Oficiales y demás sujetos de distinción de esta ciudad, con asistencia también del clero y señores curas comarcanos y para que conste lo firmo*
*José M. Arenas»*.
Dentro de la Catedral el cadáver fue colocado sobre un gran mueble bien decorado.
La palabra «Posa», significa misa de responso, realizada en cada una de las siete paradas o altares, establecidos desde la Casa de la Aduana hasta la Catedral Basílica Menor.
*Los oficios religiosos los realizó el sacerdote venezolano José Pérez de Velasco, mencionado en la Partida de Entierro* .
Colombia pidió el corazón de Bolívar, el cual se enterró en un cofre al lado del féretro, al poco tiempo desapareció… debe estar esparcido en toda la América libre.
El 24 de mayo de 1834, un terremoto que afectó Santa Marta, tambien causó daños en la bóveda de nuestro Libertador.
Los restos fueron llevados a la residencia del abogado Manuel Ujueta Juez Político.
Gracias a las iniciativas de Manuel Ujueta y del general Joaquín Anastasio Márquez, con sus recursos pudieron activar una nueva bóveda y colocación de una placa.
El general Rafael Urdaneta, Presidente de la Gran Colombia, emitió el 9 de enero de 1831, una conmovedora Proclama, informando la infausta noticia.
Los restos del Libertador tuvieron que esperar doce años para ser trasladados a Venezuela, según su voluntad testamentaria.
El Congreso venezolano decretó el 30 de abril de 1842, la repatriación de los restos.
El 20 de noviembre de 1842, salieron los restos de Santa Marta, embarcados en hombros de los marineros del navío «Constitución», al mando del capitan de navío. el francés Sebastian Boguier custodiado en la travesía por cadetes de la Escuela Militar.
El 16 de diciembre desembarcaron en La Guaira.
*»La infausta noticia del fallecimiento, se supo en Maracaibo el 21 de enero de 1831, a través del capitán inglés Pil Riton procedente de Jamaica»* .
El Testamento de El Libertador, lo entregó en Caracas en junio de 1831, el ilustre prócer, el general José Laurencio Silva a María Antonia Bolívar.
*»Doce movilizaciones tuvieron los restos del Padre de la Patria»*
*»Q.E.P.D»* .
Eumenes Fuguet Borregales. eumenes7@gmail.com