La Universidad Católica Andrés Bello está cumpliendo 70 años e igual edad celebra su Facultad de Ingeniería, una de las más prestigiosas y de mayor demanda estudiantil. La Facultad de Ingeniería a lo largo de su historia ha tenido un desarrollo sostenido, armonioso y con una proyección cada vez mayor en el ámbito venezolano e incluso internacional. De tener inicialmente una sola escuela, pasó a estar constituida en la actualidad por cinco (Civil, Industrial, Informática, Telecomunicaciones y Arquitectura) como una respuesta a las necesidades del país y al imperativo de la UCAB de adaptarse y responder a los nuevos contextos. A ese crecimiento de la Facultad se debe sumar su activa presencia en el núcleo de la UCAB en Guayana, la ahora Dirección de Laboratorios que presta servicios de especial relevancia como parte de la responsabilidad social y técnica de la universidad y un centro de investigaciones, además de estudios de posgrado estrechamente vinculados con la formación de pregrado. Todo esto constituye, en muy pocas palabras, un balance envidiable para siete décadas. No debemos dejar de mencionar la existencia de departamentos sólidos, publicaciones y una tradición de trabajos de grado de gran minuciosidad, así como la persistente idea de excelencia académica y de formación rigurosa y, tan relevante como todos estos logros, la convicción de la importancia de adaptarse a las nuevas realidades (como el cambio de duración de la carrera a ocho semestres) y la necesidad de proyectarse al futuro y, en haciéndolo, incorporarse a las demandas de la sociedad venezolana y sus sectores técnicos.

El desenvolvimiento de la Facultad compromete y obliga a mantener los parámetros de calidad, trabajo sostenido y esfuerzos para mejorar cada vez más. Esa historia ha sido hecha por tantos hombres y mujeres, muchos ya en otro plano pero cuyo ejemplo sigue iluminando el camino. Permítaseme evocar solo a quien, sin duda, puede considerarse uno de los mayores exponentes de ese ser y hacer de la Facultad de Ingeniería, de manera intrínseca como ingeniero y de forma extrínseca como pensador, planificador y forjador de políticas públicas. Me refiero al ingeniero Guido Arnal, estudiante entre los primeros y egresado de la Facultad, director y decano, rector por muchos años en circunstancias en extremo difíciles para la universidad y luego, como culmen de su trayectoria, ministro de estado para la educación superior entre 1994 y 1999, cuando apenas se gestaba aún la idea de un despacho ministerial especializado en la educación universitaria. Su recuerdo, su mesura, su excelencia y su ejemplo deben servir de acicate.

Esa historia merecía, sin duda, un libro que la recogiera y fijara para la posteridad y ese merecimiento se ha hecho realidad en el volumen Ingeniería en la UCAB. 70 años formando para el futuro (Caracas: Abecé Ediciones, Colección “Rectorado”). En sus páginas, junto a los grandes trazos del devenir de la Facultad de Ingeniería, también se recoge la historia menuda, la historia sencilla, la historia llamémosla personal, aquella que no siempre se refiere en las llamadas «historias oficiales» o tenidas como tales.

Este libro de historia de la Facultad de Ingeniería conjuga, de manera natural y armónica, las fuentes escritas y los testimonios orales, reducidos luego a la escritura. Precisamente uno de los mayores encantos de esta historia de la Facultad de Ingeniería lo constituye la polifonía que se logra mediante los recuerdos, volcados por escrito, de tantas personas que a lo largo de estas siete décadas han hecho, animado y con su esfuerzo optimizado y proyectado a la Facultad de Ingeniería como una de las unidades académicas más sólidas y de mayor renombre de las que conforman la Universidad Católica Andrés Bello.

Es un logro extraordinario que debemos agradecer a la sensibilidad pero también a la cuidadosa formación y al ejercicio continuado de la vocación etnohistórica de la profesora María Elena Mestas, a quien felicitarla como autora material sería poco. Sin duda, supo entender a la perfección la demanda cariñosa de la decana, profesora Mayra Narváez de Pereira, para conmemorar este aniversario tan significativo de la Facultad de Ingeniería mediante un primer libro de aproximación a su historia. Si extraordinario es el balance de la Facultad, extraordinaria también ha sido esta idea de la decana. Debemos, pues, hacer un reconocimiento y agradecer a la Profe. Mestas, a la decana como autora intelectual y a todas las personas que con entusiasmo escribieron sus memorias, sus recuerdos, sus valoraciones, su vida misma y sus afectos en la Facultad de Ingeniería, una facultad que forma ingenieros y ahora arquitectos y también profesores y asesores para las nuevas generaciones de ucabistas. No en balde la plantilla docente de la Facultad se enriquece con sus propios egresados y la Facultad misma experimenta un crecimiento femenino muy relevante en estos tiempos de mayor proyección y reconocimiento de las mujeres. Todo ello lo subraya e ilustra este libro de la profesora Mestas, pleno además de fotografías para la historia gráfica de la institución y cuyo título y orientación (“formando para el futuro”) coinciden con uno de los temas centrales de la conmemoración del septuagésimo cumpleaños de la UCAB: el sembrar y recoger la cosecha, la formación para el futuro, un futuro tan incierto como irrenunciable al que la institución y sus miembros entregamos nuestros sueños.

Horacio Biord

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