La Academia Venezolana de la Lengua, fundada en 1883, la más antigua de las academias del país, está celebrando sus 140 años. Por otra parte, la Universidad Católica Andrés Bello, fundada en 1953, conmemora 70 años al servicio de la educación venezolana y, en 2024, su Escuela de Letras se apresta a celebrar también el septuagésimo aniversario de su creación.
No se trata solo de una mera coincidencia numérica que este año la Academia Venezolana de la Lengua le doble la edad a la Universidad Católica Andrés Bello. La Academia ha tenido una estrecha relación con dicha casa de estudios y con su Escuela de Letras, en particular. Varios profesores y egresados de la Escuela de Letras han tenido una figuración relevante dentro de la Academia Venezolana de la Lengua. El padre Pedro Pablo Barnola, s.j., segundo rector de la Universidad Católica Andrés Bello y una figura central en la conformación de la Escuela de Letras, estudioso de la obra de Andrés Bello y de diversas manifestaciones literarias de Venezuela, no solo fue numerario de la corporación sino su director entre 1967 y 1976. Luego varios directores y profesores de la Escuela de Letras tendrían una participación importante en la vida y la conducción de la Academia. Así Efraín Subero, uno de los profesores de mayor relevancia en la Escuela de Letras en las décadas de 1960 y 1970, y quien llegó a ocupar brevemente la dirección de la Escuela, además de haber creado el Centro de Investigaciones Literarias, fue un numerario de larga data en la Academia Venezolana de la Lengua. Hoy la casi totalidad de su extraordinaria biblioteca enriquece los fondos bibliográficos de la Universidad Católica Andrés Bello por amable donación de sus hijos. La biblioteca de otro numerario, don Simón Planas Suárez, fue donada también a la Universidad y un salón de conferencias lleva su nombre. El reverendo padre José del Rey Fajardo, s.j., director de la Escuela de Letras a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, es también numerario de la corporación. Del Rey Fajardo y Subero cofundaron el anuario Montalbán, durante mucho tiempo una de las principales revistas de la Universidad Católica Andrés Bello. El padre Jesús Olza, s. j., miembro correspondiente por el Distrito Federal y antes de serlo distinguido con el premio Andrés Bello de la Academia Venezolana de la Lengua en 2017, ocupó también brevemente la dirección de la Escuela de Letras y ha sido uno de sus profesores más longevos. Fray Cesáreo de Armellada, el Padre Indio de grata y venerada memoria, activo defensor de la causa indígena y divulgador de sus lenguas, literaturas y culturas, fue un conspicuo individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua y divulgador de sus tareas en los seminarios que dictaba en la Escuela de Letras así como desde el Centro de Lenguas Indígenas de la Universidad.
Por su parte, la doctora Lyll Barceló Sifontes, directora de la Escuela entre 1977 y 1981, fue miembro correspondiente por el estado Bolívar y la doctora Rocío Núñez Perdomo, ahora miembro correspondiente por el Distrito Federal, ocupó la dirección de la Escuela de Letras entre 1981 y 1984. Adicionalmente, el doctor Francisco Javier Pérez Hernández, hoy secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) para honra de nuestra Universidad, nuestra Escuela y nuestra corporación, es numerario de la Academia y fue su presidente entre 2011 y 2015. Doña Laura Febres Del Corral de Ayala, también numeraria, es egresada de la Escuela de Letras y ha sido profesora también allí. Entre las más recientes generaciones de egresados, destacan Fanuel Díaz Acosta y Juan Carlos Chirinos, miembros correspondientes por el estado Miranda y el estado Trujillo, respectivamente.
Otros numerarios fueron también profesores de la Escuela de Letras, entre los ya fallecidos el doctor Pascual Venegas Filardo, don Mario Torrealba Lossi y don Manuel Bermúdez. Entre los actuales numerarios no podemos olvidar a don José Balza, uno de los narradores y ensayistas más importantes de la literatura venezolana. Sin que pudiera llegar a incorporarse, lo cual ha constituido motivo de gran dolor para la corporación, fue electa numeraria doña Ernestina Salcedo Pisani, una profesora entre las más queridas de la Escuela de Letras de la Universidad Católica Andrés Bello. Ernestina, sabia y amable, impartió clases de Literatura Española a la par que ejercía la docencia en el Instituto Pedagógico de Caracas que forma parte de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Esa relación entre la Academia Venezolana de la Lengua y la Escuela de Letras de la Universidad Católica Andrés Bello, lejos de haberse agotado, se proyecta en el futuro con la participación como colaboradores y eventuales miembros de la Academia de diversos egresados y profesores de la Escuela de Letras y de la por muchas razones cercana y afín Escuela de Comunicación Social, donde hoy imparten clases y ejercen labores directivas los académicos César Villegas e Yraida Sánchez de Ramírez, actual vicepresidenta de la corporación. También son egresados de la Universidad Católica Andrés Bello los numerarios Ana Teresa Torres (Psicología) y Rafael Arráiz Lucca (Derecho). Fueron profesores de la Facultad de Derecho los doctores Rafael Caldera, expresidente de la República, y René De Sola, director de la corporación.
En mi caso, como egresado y profesor de la Escuela de Letras, numerario de la Academia Venezolana de la Lengua en el sillón que ocupara don Efraín Subero y su actual presidente, celebro como el que más esta relación tan fértil entre las dos instituciones y hago votos por su continuidad y profundización en los años por venir.
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