De las primeras imprentas instaladas en Venezuela se tiene información de la traída desde Trinidad hacia Caracas en 1808 por Mateo Gallager y Jayme Lamb, posiblemente la misma que Miranda dejó en dicha isla a causa de la fallida expedición en 1806; la segunda instalada igualmente en Caracas por el francés Juan Baillío en 1810; la tercera en Cumaná ese año y la cuarta en Valencia en 1812.

Al referirnos al francés Juan Baillío, estudiamos su apego incondicional a la causa emancipadora desde su llegada a Venezuela en 1810, destacándose en el laborioso trabajo de imprimir los  documentos estelares de la  magna época. Nace el año 1752 en la población de Cabo Francés, antigua posesión francesa hoy República de Haití. En 1792 se inicia con su propia imprenta y periódico de tinte político denominado “Los anales patrióticos de Santo Domingo”;  Para la fecha la colonia francesa contaba con treinta imprentas, mientras que en Venezuela no se había instalado ninguna. Baillío se traslada a París, continuando su labor de impresor, la llegada al poder de Napoleón Bonaparte, lo obliga retornar a Los Cayos de San Luís y obtener la nacionalidad haitiana. En 1810 embarca hacia Venezuela para instalar su imprenta asociado con Luís Delpech. Realiza trabajos para el “Semanario de Caracas”, dirigido por Miguel José Sanz y  José Domingo Díaz, también para “El Publicista de Venezuela”, “El Patriota de Venezuela”, “El Mercurio”.

Por la empresa pasaron los intelectuales revolucionarios para elaborar proclamas, panfletos y hojas sueltas, entre ellos: Juan Germán Roscio, Francisco  Javier Ustáriz, Martín Tovar Ponte y Francisco Isnardi. En agosto de 1811, el Congreso le suscribe la denominación de Impresor del Supremo Congreso de los Estados Unidos de Venezuela; con tal nombramiento imprime en sus talleres en diciembre de ese año varios ejemplares de La Constitución de Venezuela, primera del país y de Hispanoamérica. Edita en 1811 “La Intolerancia político-religiosa” obra del prelado y doctor Juan Nepomuceno Quintana, patrocinada por la Universidad de Caracas, considerado el segundo libro publicado en el país, siendo el primero  “El Calendario Manual” de Don Andrés Bello editado en 1810.

Con la mudanza de la capital hacia Valencia en 1812, parte de la imprenta se traslada a la nueva sede, quedándose Baillío en Caracas; cuando el jefe realista Monteverde ocupa la ciudad luego de la capitulación de Miranda el 25 de julio de 1812. Disimulando su apego a la causa libertadora, Baillío imprimió dicha capitulación y varias proclamas realistas. Con la triunfante llegada de Bolívar a Caracas en agosto de 1813, editó las proclamas de dicha operación militar y el famoso “Decreto de Guerra a Muerte” y de innumerables canciones patrióticas. Debido a la cercanía del Boves, Baillío abandono la ciudad el 7 de julio de 1814 acompañando al Libertador en la Emigración a Oriente.

De Carúpano se dirigió a las Antillas hasta llegar a Haití, donde esperó al Libertador e incorporarse en la Expedición de los Cayos con su hijo Juan de dieciséis años y su rudimentario pero valioso equipo impresor, salida el 31 de marzo de 1816, no sin antes imprimir los formularios utilizados por el Libertador en nombramientos, ascensos y aspectos administrativos, los cuales llevaban la conocida inscripción de: “Simón Bolívar, Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y de la Nueva Granada etc.etc.etc. Padre  e hijo combaten cerca del islote de los Frailes en el triunfo naval el 2 de mayo. Imprimió la proclama elaborada por el Libertador el 3 de mayo en Juan Griego, y todos los documentos afines elaborados en Margarita hasta el 23 de mayo.

El 2 de junio en Carúpano imprime el famoso documento de libertad de los esclavos, y la leída el 6 de julio en Ocumare de la Costa con igual contenido de redención. Lamentablemente el 14 de julio, ante la inminente presencia de las fuerzas realistas de Morales a Ocumare de la Costa, Bolívar auxiliado a tiempo por Juan Bautista Bideau, salva su vida, perdiéndose el parque y la imprenta con doce cajones contentivos de letras, tinta y papel.

Posiblemente el veterano impresor pudo salvarse con su hijo y residenciarse en Jacmel- Haití. El Libertador le escribió desde Angostura a Fernando Peñalver el 1ro de septiembre de 1817: “… y sobre todo mándeme Usted la imprenta, que es tan útil como los pertrechos en la  guerra, y ella es la artillería del pensamiento”. Sería la imprenta  utilizada  en “El Coreo del Orinoco” a partir del 27 de junio de 1818.