INTRODUCCION

Abordar una investigación sobre un semanario como la AURORA DE MIRANDA  fundado en 1890, en la población de Miranda, Estado Carabobo, es allanar el camino para entender, la esencia de la prensa a finales del siglo XIX venezolano, así como la cotidianidad, social, cultural, económico y político de los Valles Altos de Carabobo.

ANTECEDENTES: EL PUEBLO DE MIRANDA  

La población de Miranda, está ubicada en los Valles Altos de Carabobo, al oeste de las poblaciones de Bejuma y Montalbán. El primer poblador del Valle de Miranda, llamado antes Valle de Onoto, fue el Capitán Manuel Santiago de Ochoa, dueño de la mayor parte de sus tierras cuando llegó allí como Teniente Gobernador de la ciudad de Nirgua hacia 1740. Miranda se mantuvo como Caserío de Onoto, que es el mismo nombre de su río, hasta su elevación a Municipio. La fecha de fundación del pueblo fue el 07 de diciembre de 1849 cuando quedó sancionado el acto legislativo que le dio rango de Municipio dependiente del cantón Montalbán. Al respecto comenta Torcuato Manzo Núñez al respecto:

“No hay persona señalada como fundador de Miranda. Pero es muy digno de tomarse en cuenta el español Eugenio Cisneros quien tuvo en su casa el primer oratorio y capilla y trajo de España la imagen de la Santísima Virgen del Carmen que  se escogió como patrona del pueblo. La capilla de Cisneros fue autorizada en 1855 y cuatro años después surgió la parroquia civil. La Eclesiástica la erigió el Arzobispo Guevara y Lira en 1865”.

El nombre de Miranda se le puso a la población en recuerdo a Francisco de Miranda, en una época en que se empezaba a rendir justicia a los creadores de la nación.

Para 1890 Miranda cuenta con una población de 10.000 habitantes más o menos. Y constituye un importante centro de producción de café, remitiendo anualmente alrededor de 20.000 quintales a los mercados de Valencia y Puerto Cabello. La población se encuentra unida a Valencia por la carretera Valencia-Nirgua, construida  durante el septenio de Guzmán Blanco.

CONTEXTO POLÍTICO DE VENEZUELA y CARABOBO EN 1890

El periodo histórico en el que se funda el semanario LA AURORA DE MIRANDA, correspondió a una década particularmente agitada en la historia política venezolana, donde el destino político del país iba estrechamente ligado al devenir económico y caudillista de la nación, Miranda no escapó de esta tendencia histórica.

El sistema político venezolano de fines del siglo XIX, se caracterizó por una gran contradicción en su proceso de secularización política. En otras palabras, pese a que la sociedad tradicional fue cediendo ante procesos más dinámicos en donde las estructuras sociales, roles y subsistemas políticos se fueron especializando y complejizando, la autonomía de éstas era poca o relativa en relación con el poder establecido. En este sentido, se puede afirmar que aunque existía un proceso de diferenciación en la estructura de poder del siglo XIX venezolano, había una baja autonomía de los roles y subsistemas políticos que tenían la función de garantizar la estabilidad jurídico-institucional de la sociedad.

Desde el punto de vista subjetivo, el resultado de la aplicación de prácticas como el «Anillo de Hierro», derivó en la formación de una cultura política de alta desconfianza en las instituciones del Estado, una actitud refractaria ante las posibilidades reales de participación política y en muchas circunstancias la ruptura violenta en contra del marco constitucional vigente. En definitiva, fue en este contexto de baja autonomía de las estructuras y subsistemas, que garantizaran la estabilidad política que se produjeron múltiples movimientos contra-legitimadores, los cuales impugnaban las maniobras tendientes a mantener una élite en el poder. El 20 de marzo de 1890 el Consejo Federal que estableció la Constitución de 1881 eligió como Presidente, para el periodo 1890-1892, al Dr. Raimundo Andueza Palacios. El nuevo presidente fue apoyado por Juan Pablo Rojas Paul.

Para el año 1890 era Presidente del Estado Carabobo el ilustre intelectual cojedeño Laureano Villanueva. En este sentido, en última década del siglo XIX se desarrollaron primero la «Revolución Legalista» (1892) encabezada por Joaquín Crespo en contra de la intención de Raimundo Andueza Palacio de vulnerar la autoridad del Congreso y aumentar el período presidencial de dos a cuatro años. Luego se desarrolló la «Revolución de Queipa», acaudillada en 1898 por José Manuel Hernández contra el gobierno de Ignacio Andrade, muriendo en la misma el propio Joaquín Crespo quien repitió el mismo esquema de poder concentrado en unas pocas manos, y finalmente en 1899 la Revolución Liberal Acaudillada por Cipriano Castro que desalojara a Andrade del poder y dará inicio a un nuevo tiempo político caracterizado por la presencia de nuevos actores como los andinos, pero caracterizado también por la escasa capacidad del sistema político para canalizar las demandas de la sociedad y garantizar que las acciones políticas se pudieran producir en el contexto tanto de la legalidad y legitimidad.

CONTEXTO ECONOMICO DE MIRANDA EN 1890

La economía del siglo XIX venezolana se desarrolla bajo el signo del café, así como el XVIII correspondió al dominio del cacao y el siglo XX corresponderá al del petróleo.  Como importante referencia Eduardo Arcila Farías (2000: 44) comenta:  “Hasta finales del siglo XIX el café goza de un gran auge no solo en cuanto a volumen disponible para el comercio exterior, sino también con relación a los precios”.

La expansión agroexportadora del siglo XIX, fue producto en gran medida de la expansión de la producción de café. Entre 1840 y 1866 las exportaciones se multiplicaron casi cinco veces y hacia 1889 se duplicaron de nuevo alcanzando un nivel sostenido de auge por lo menos hasta finales del siglo XIX. Al respecto comentan Carballo y Ríos (1984:61) “Las regiones centro-costera y andina constituyeron las áreas fundamentales de la producción cafetalera. Las exportaciones  correspondientes a la región centro-costera tenían su salida por los puertos de La Guaira y Puerto Cabello”.

Este auge económico producto del café, impacto  a Miranda, teniendo como principales beneficiarios a los comerciantes exportadores e importadores y los grandes hacendados. Los primeros tales como Pascual y Pablo José Henríquez, en alianza con transnacionales tales como Blohm y Boulton, se apropiaban de la diferencia existente entre el precio de compra en los mercados locales y el de venta en los centros de distribución y consumo.  y los grandes hacendados diversificaron sus inversiones orientándose a actividades financieras y comerciales, invirtiendo en bienes raíces urbanos, mientras que su inversión en la actividad agrícola se limitaba a aquella necesaria para el mantenimiento del cultivo extensivo, que no requería importantes volúmenes de capital.

También hubo cierto intercambio económico con la población de Tinaquillo, a través de Mirando por donde existía un camino, esto se evidencia, en avisos de casas comerciales de Tinaquillo publicados en el Semanario La Aurora de Miranda, así como en el itinerario de las entradas y salidas de huéspedes del Hotel Miranda.

PRENSA VENEZOLANA  EN SIGLO XIX

Resulta característico en la prensa venezolana de finales del siglo XIX,la divulgación  de  la producción poética y literaria, así como la corriente filosófica en boga: el positivismo, con su inclinación por la ciencia y el progreso material. Se hacen permanentes llamados a la construcción de vías de comunicación, a la tecnificación de la agricultura y a la reforma de la educación. A través de la reproducción de periódicos y revistas extranjeras, se publican ensayos y textos diversos de conocidos autores europeos.  Si en lo político el periódico sirvió de escenario para la confrontación de ideas, en lo económico dio un nuevo aspecto a las relaciones comerciales. Con la transformación del lector como público consumidor se intensifica y desarrolla la aparición de avisos publicitarios erosionando subrepticiamente con ello ciertas normas sociales: se muestra a la mujer como medio para la venta, se habla abiertamente del adulterio, de la menstruación, se utiliza un espacio privado como el baño para mostrarlo como espacio público para el comercio. Se amplía igualmente el radio de acción de las relaciones mercantiles: el producto llega hasta donde llegue el periódico.

En el aspecto cultural el periódico va a cumplir en el siglo XIX una función modernizadora, pues dará al escritor un nuevo lenguaje, una nueva manera de decir. Con el breve espacio que ofrece el periódico se imposibilita, o en todo caso resulta contraproducente, dar rienda suelta a la redacción ampulosa y cargada de metáforas y giros latinos; y con la rapidez de edición, o diarismo, iniciada en Venezuela en 1837 con el «Diario de avisos», se da paso al trabajo poco pensado y sin pulituras. Con esas condiciones de brevedad y rapidez que exigía el periódico, el lenguaje escrito tuvo que vestir un nuevo ropaje: claridad y sencillez. Para decirlo con palabras del escritor español Azorín:

«El periodismo, con sus procedimientos rápidos, ligeros, amenos, ha contribuido a que los géneros literarios: novela, teatro, etc., adquieran esa misma ligereza, rapidez y amenidad de los trabajos de prensa».

Con el periódico aparece en Venezuela la figura de la escritura como profesión, de la redacción asalariada, que se inicia en 1868 con «La opinión nacional», pagando articulistas como José Martí. Ello dará nuevas formas al desarrollo de la institución literaria venezolana en el siglo XIX.

Quizás otra de las funciones en las que haya desempeñado presencia indiscutible el periódico en el siglo XIX venezolano es el de la labor de alfabetización que hubiera desempeñado entre la gran masa de habitantes sin los conocimientos de lectura y escritura. No hemos conseguido trabajos que mencionen el asunto, pero imaginamos y nos aventuramos a hipotetizar que la prensa ayudó, cual cartilla de letras, en la labor de alfabetización de los pueblos.

Para los lectores de hoy, la prensa venezolana del siglo XIX encierra toda esa época de gesta y lucha, de formación y ensayos de repúblicas; en sus páginas se observa el horizonte de lo transitado, el punto único que encierra el universo, que nos faculta la entrada tanto hacia el ayer pomposo como al pasado menudo. Ya muy bien decía Tulio Febres Cordero en el mismo siglo XIX, en 1886, que: «El objeto del periódico no está circunscrito a lo presente; no, a la vez que instruye al público de las crónicas del día en todos los ramos de la actividad humana, es depósito sagrado en que queda la memoria de los hechos».

Durante este periodo señala Pedro Cunill Grau (1987) , en concordancia con lo antes señalado, lo siguiente:  

Junto a una masa mayoritaria de pequeños agricultores independientes, consagrados al café y a la agricultura de subsistencia, persisten algunos pocos latifundios en la zona de influencia Montalbán y Bejuma, que son destinados tanto al café como a la caña de azúcar. Los viejos centros tradicionales de Montalbán y Canoabo se revitalizan, mientras surgen nuevos y prósperos asentamientos con los de Bejuma  y Miranda.  En 1873 estas comarcas producen anualmente 3.6865.000 Kg de café. A finales del siglo XIX se agrega la producción de Chirgua con 1.500.000 Kg de café. También se produce una sugestiva cantidad de caña de azúcar que es industrializada en 1.500 cargas de aguardiente y 3.500 cargas de papelón al año. Para 1890 Bejuma es mencionada como uno de los grandes productores de café. (p.1538)

Se denota evidentemente en la última cita, que conforme a la cifra dada por el censo de 1891, Bejuma presenta su mayor número de habitantes durante el siglo XIX, infiriéndose lógicamente un  bienestar y crecimiento económico.

LA AURORA DE MIRANDA

El 20 de Julio de 1890, se funda  en la población de Miranda  el semanario dominical LA AURORA DE MIRANDA, objetivos RELIGION-POLÍTICA GENERAL-LITERATURA-CIENCIAS-ARTES-PROFESIONES, sus  redactores fueron: el Pbro. Simón Lazo, Dr. Teodosio V. Sánchez (Colombiano), Justo Germán Castillo, y   administrador, el señor  Ángel Cisneros.  El propósito de esta publicación fue servir a los intereses de las artes, el comercio, la agricultura y la industria de la población de Miranda y de la Sub-Región., teniendo agentes o corresponsales en Puerto Cabello al Sr. Olavarria Maitin, Valencia a Manuel Michelena, en  Bejuma a Manuel Cisneros, en  Canoabo a Jesús Arocha, en Tinaquillo a Manuel Arocha, en  Salom a Juan Heredia, en Nirgua a Antonio R. Urra, en San Felipe Berlarminio Zumeta, en Guama a Gregorio Miralles, San Cristóbal a Francisco García y en Barquisimeto  a Miguel Guerra. Teniendo como colaboradores al Dr. Alejo Zuloaga, hijo, el Dr. Víctor Zerpa, el Dr. Laurencio Silva de Valencia y el Gral. Ramón Castro Briceño, de  Bejuma.

Condiciones del semanario dominical: suscripción mensual 1 bolívar.- Número suelto medio real, Avisos y Remitidos precios convencionales, No se devuelven originales, se canjea con todos los periódicos de dentro y fuera del país.

En este semanario se publicaban avisos comerciales de establecimientos, tanto en Miranda, Bejuma, Canoabo, Montalbán y Tinaquillo, así como notas sociales relacionadas con eventos tales como nacimientos, bodas y defunciones.

En su primer ejemplar los redactores publicaron los fines y propósitos de LA AURORA DE MIRANDA, del cual transcribimos un extracto:

NUESTROS SENDEROS Y PROPOSITOS

Suélese juzgar por su principio del éxito de una empresa, pero á veces las que pobremente se exhibieron hallaron luego, en desarrollo afortunado, tal lujo de activos elementos y valiosa cooperación, que salvando airosas las sinuasidades del camino, hubieron de elevarse en mucho sobre el humilde producto. LA AURORA DE MIRANDA a nuestra pobre pluma, será ello promesa y garantía para nuestros favorecedores….

Serviremos los intereses de las artes, el comercio, la agricultura y la industria; y daremos aquí placentera acogida y rediremos culto fervoroso a la poesía, la literatura y las ciencias.

La publicación tenía las siguientes secciones:

Editorial- Literatura- Album Poético – Remitidos y Avisos – Mesa Revuelta-Avisos Comerciales – Avisos Oficiales ,Edictos y Tribunales- Artículos de Opinión en la sección Colaboración- Necrologia – Relación con otros medios (El Siglo de Caracas, El Diario de Valencia, La Voz Publica de Valencia).

EDITORIALES:

En esta sección la mesa de redacción usualmente trataba aspectos inherentes a la situación y acontecer diario de la población, por ejemplo citamos extractos de dos editoriales:

Fecha 07 de septiembre de 1890:

Tan dicho y tan probado ha venido hasta hoy que son las vías de comunicación la base primera del progreso material de los pueblos, que debemos creer que los gobiernos que no atienden con esmero y especialidad, con verdadero patriotismo, esa urgente necesidad del servicio público, lo hacen con la conciencia muy segura de faltan a uno de los deberes más importantes de su serio y extenso cometido. Sigue…..

Fecha 19 de noviembre de 1890:

EL TEMPLO DE MIRANDA

Una población cristiana sin templo es semejante a un cuerpo sin cabeza, a un batallón sin jefe… Sigue…

LITERATURA:

Leyendas: – Los Sordos y los Mudos.

$1–      La Sangre

Cuentos y ensayos literarios de autores nacionales y extranjeros, muchas veces entregados por parte en cada ejemplar.

ALBUM POETICO:

Esta sección especialmente dedicada a poemas de toda índole como por ejemplo:

UN RAMILLETE DE FLORES

Un grupo de Muchachas, De lo más bello, que valen más que el oro y el mundo entero, y tan galanas que en su presencia es pobre la rosa blanca.

A BOLIVAR

No fue un hombre – fue el genio más fecundo, Despidió su flamiguera mirada y cual Dios saco el orbe de la nada…

REMITIDOS  Y AVISOS:

Como por ejemplo:

AVISO (09-11-1890)

A la persona que se llevó un revólver Bull-Dog que tenía en la posada, que puede volver por la bolsa y la correa para que lo pueda tener con comodidad; á menos que deseé vendérmelo y en ese caso, estoy dispuesto a oír proposiciones. En esta imprenta informarán.

Remitido (28-9-1890)

En la Aurora de Miranda No.9 periódico que se edita en este Municipio, he visto un suelto, en el cual se me hace aparecer como cobarde, y para el pueblo juzgue la verdad de los hechos voy a explicar mi historia………

MESA REVUELTA

En esta sección, se encuentran noticias de la cotidianidad de pueblo como lo son bodas, viajes, bienvenidas, despedidas, sociales, fiestas comentarios en general.

COLABORACIONES

Como por ejemplo: de Ramón Castro Briceño publicada el 21 de septiembre de 1890.:

Los tiempos que corren al presente son tiempos de descreimiento impío y de alarde materialista, la corriente vertiginosa de costumbres adulteradas nos ha ido conduciendo al abismo de todos los errores, de todas las concupiscencias y de todos los delitos. Debido a ese encenagamiento moral soportó Venezuela la tiranía más repúgnate y soez. Bastó un momento de inspiración patriótica, de virtud republicana, de moral política para cual los muros de Jericó se viniesen abajo, los signos de veinte años de despotismo, soberbia y vanidad de un hijo espurio de la patria.

El apostolado de la prensa es una especie de sacerdocio que tiene una gran misión que llenar, serios deberes que cumplir; en Venezuela con raras excepciones ha se ha sabido hacer uso del periodismo. Aquí a ese respecto, se marchado en términos opuestos o bien se ha adulado hasta la abyección y la vileza o se ha escarnecido hasta la crueldad y el oprobio: hemos andado entre servilismo y odio, y ambas atmosferas, esterilizan todo: una es fruto de la esclavitud y la otra del desahogo liberto…

Avisos Oficiales , Edictos y Tribunales  

AVISOS COMERCIALES:

$1–      Fabrica de Cigarrillos Ravelo Hidalgo

$1–      Colegio del Carmen

$1–      Tipografía Miranda

$1–      Hotel Miranda

$1–      Félix Lander Dr. en Derecho Civil.

CONCLUSIONES

Para concluir, pienso que debe desarrollarse intensamente una labor de rescate de las publicaciones periódicas venezolanas del siglo XIX que pueda preservar y dar forma a todo ese enjambre de papel y tinta. Como alerta, Tulio Febres Cordero propuso en 1886, con la visión de futuro que ostenta el verdadero historiador, la siguiente idea: «Que cada periódico publique anualmente en un folleto manuable el índice o repertorio alfabético de las materias más curiosas e importantes que haya publicado durante el año corrido».

Quizás si hubiéramos prestado atención, otro sería el cuento de estas líneas…

Rafael A Pinto Prada