Hay hechos o circunstancias que damos por sentados, sin preguntarnos de donde salieron o cómo están allí. Son cosas que siempre hemos visto, toda la vida hemos convivido con esas situaciones y por eso nos parece que siempre han estado allí, pero todo tiene su origen, y antes de que existieran esas circunstancias las cosas eran de otra manera.

El nombre de “Carabobo” por muchísimos años apenas definía a un pequeño valle y las montañitas que lo rodeaba, mas allá del pueblo de Tocuyito, buscando el camino de San Carlos. Acaso también llamaban así a una palma que crecía en las riberas de ríos y quebradas. No existía un gentilicio de “carabobeño”. Los valencianos no teníamos nada que ver con aquel campo a varias horas de camino de la ciudad. Mucho menos los porteños, los guacareños, los montalbaneros o cualquier vecino de los poblados cercanos. Antes de la independencia éramos españoles de la capitanía general de Venezuela de la provincia de Caracas. Luego éramos colombianos del Departamento de Venezuela, de la misma provincia de Caracas. Valencia no era capital de nada. Los valencianos éramos también caraqueños, esa era nuestra identidad político-geográfica

Pero tres años después de la batalla librada en aquel paraje solitario llamado Carabobo, el Congreso de Colombia reorganiza políticamente la naciente república. Desde la capital Bogotá se divide la antigua provincia de Caracas en dos nuevas provincias. Una de ellas conservará el nombre original y la nueva se llamará Carabobo. Es en ese instante, el 25 de junio de 1824 cuando los hombres y mujeres nacidos en esta tierra empiezan a llamarse “carabobeños”.

Es desde ese momento, cuando la gente de Valencia, Puerto Cabello, Naguanagua, los Valles Altos, Morón, Guacara, Guigue, Los Guayos, San Diego, San Joaquín y Mariara, estamos unidos en una sola provincia política, separados de Caracas. Y no sólo estos, sino también Nirgua y Ocumare, Barquisimeto, San Carlos, Tinaco y Tinaquillo, Carora y todos los pueblos que forman hoy Cojedes y Lara también pasaron a ser “carabobeños”.

Y por primera vez en la historia, desde ese 25 de junio de 1824, Valencia pasa a ser de manera formal y legal (no provisional), por mandato de aquella ley, capital de una provincia. Y también es la primera vez que en esta región tenemos una legislatura, hoy llamada Consejo Legislativo, hasta el siglo pasado Asamblea Legislativa. También comenzamos a tener nuestro gobernador.

Aquella Provincia de Carabobo era muy grande, más del doble de lo que es hoy, aparte de tener el puerto marítimo más importante también tenía ríos navegables como el Pao y el San Carlos con los que se comunicaba con todo el llano. Tenía los mejores prados para el ganado y las mejores tierras para el cultivo. En la Provincia de Carabobo se inició la industrialización de Venezuela con la primera máquina a vapor del país instalada cerca de Los Guayos, en un trapiche

Esta efeméride, una fecha civil, ha pasado desapercibida por la historiografía y por la opinión pública en general, que le da preferencia a las historias épicas de la guerra de independencia y otras guerras, pero es un hecho histórico fundamental para entender nuestros inicios como colectividad.

Hoy en día usted le pregunta a un académico o gobernador, a un diputado, alcalde o concejal, rector o profesor, desde cuando existe eso que llamamos “Carabobo” y seguramente la respuesta será evasiva o incorrecta. Es por esto que en la Academia de Historia del Estado Carabobo nos hemos impuesto como tarea de este año resaltar la creación de nuestro estado, por lo que se ha decretado solemnemente a la celebración del “Bicentenario de la Provincia de Carabobo”. Invitamos a toda la colectividad a sumarse, orgullosos, al estudio y celebración del nacimiento de nuestro gentilicio.

Por: Luis Heraclio Medina Canelón

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